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Miguel Uribe Turbay: la cara del continuismo para la Alcaldía de Bogotá

Habló con PUBLIMETRO sobre su estrategia para llegar al segundo cargo más importante del país

Tiene 33 años. Cuando se le dice que es muy joven, sonríe y dice que es joven, pero que tiene más experiencia que los otros aspirantes a quedarse con el Palacio Liévano. Tiene claro el discurso y no disimula que está en el polo opuesto a los sectores de centro-izquierda. Su mayor apuesta es continuar y terminar lo que inició Peñalosa. Según él, el desarrollo de un programa toma más de cuatro años. Ocho en este caso.

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“En cuatro años no haces lo que se quiere. Faltó hacer algunas cosas y hacer mejor otras, pero avanzamos. Yo no quiero mirar al pasado, quiero mirar al futuro y el futuro va de la mano del desarrollo. Quiero hacer muchas cosas, muchas obras importantes”, cuenta el nieto de Julio César Turbay.

Cuando se le pregunta que cómo logrará hacer todo en cuatro años, asegura que no llegará a improvisar… que desde el primer día podrá gobernar.

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“Otros van a llegar a aprender, a mirar cómo funciona. ¡Yo ya lo sé! Es que fui secretario de Gobierno y concejal. Llevo 10 años caminando la ciudad y he visto lo que era antes y lo que es ahora”, señala quien fuera concejal en 2012, el más joven del cabildo, escogido por los liberales con 16,600 votos.

No tiene problema en decir que construirá el metro elevado. Ni siquiera abre la puerta para hablar de otras opciones y así, también asegura que si no es escogido, no habrá metro.

«Los bogotanos tendrán que elegir entre mí que soy el futuro, o el atraso y la destrucción que es Claudia López y su combo», Miguel Uribe

“Mire. Llevan más de doce años hablando que el metro subterráneo, que arreglar TransMilenio. ¡No hicieron ni una cosa, ni la otra! Yo me comprometo a terminar de construir el metro, pero también voy a hacer la segunda línea. Eso es sin cuentos”, dice enfático.

Mientras graba un video de la séptima sentido sur-norte, se emociona y dice, “miren ese trancón. ¿te imaginas lo que se haría con TransMilenio aquí?”, dibuja imaginariamente árboles y dice que todo se va a volver más bonito.

“Hay que arreglar cosas de TransMilenio. Voy a hacer los buses más limpios y sí, hay que mejorar la seguridad. Pero los problemas no son nuestros. Todo viene de pasadas administraciones… Aumentaron los colados, dejaron el sistema en temas de plata… Eso no va a pasar conmigo”, apunta.

Cuando se le pregunta por el medio ambiente, habla más de obras de infraestructura que de planes de conservación. Asegura que delimitará las rondas de los ríos. Esquiva la pregunta sobre urbanizar la Reserva Thomas Van der Hammen, pero dice que hará una más grande. Sí quiere construir en Lagos de Torca; vivienda de interés social y vivienda de interés prioritario, sobretodo.

“Vamos a plantar 1000 árboles. El TransMilenio por la Séptima estará acompañado de muchos árboles”, cuenta.

Quiere impulsar el empleo joven. Dice que en los ‘megacolegios’ de Peñalosa, pondrá a operar la Universidad Distrital en las noches. Dice que combatirá la delincuencia y que no prestará los parques para consumo de dosis mínima. Dice que perseguirá el consumo en las calles y será implacable.

Sobre su alianza no se ve muy convencido, pero sí seguro de una victoria, a pesar de que será por encuesta. “Me alegra que se haya unido el Centro Democrático. Ojalá se unieran otros que no quieren dejar a Bogotá en manos de Claudia López y el atraso. Ellos quieren destruir todo”, dice sin sonrojarse.

Para él, a diferencia de los otros precandidatos, Peñalosa no es un lastre, sino su oportunidad de convertirse en el alcalde más joven de la historia de Bogotá.

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