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Víctimas de violencia sexual del conflicto armado en Colombia rompen su silencio

‘Mi cuerpo dice la verdad’ trae testimonios de dolor pero también de dignidad y resistencia de mujeres y personas LGBTI sobrevivientes de violencia sexual en el conflicto.

Víctimas de violencia sexual en el conflicto armado en Colombia rompen su silencio Víctimas de violencia sexual en el conflicto armado en Colombia rompen su silencio

«Fui secuestrada, torturada y posteriormente abusada por militares», fue el testimonio de una de las 17 mujeres y personas LGTBI que rompieron su silencio en el Primer Encuentro por la Verdad que reunió en Cartagena a cientos de víctimas de violencias sexuales en el conflicto armado de Colombia.

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«Estos hechos no solo dañaron mis sueños, acabaron con mi dignidad, sentí que había perdido ese valor de ser mujer», continuó la mujer frente de un auditorio en el que también estaban algunos victimarios provenientes de los grupos paramilitares, guerrilleros, militares y agentes del Estado.

La mujer que no dio su nombre y habló bajo una luz tenue y de espaldas al recinto por temor a represalias, confesó que lo «más triste y doloroso» es que la persona que «destruyó» su vida se encuentra en libertad.

Al encuentro asistieron los comisionados de la Comisión de la Verdad, encabezada por el sacerdote jesuita Francisco de Roux, quien le dijo a las víctimas que deben saber que ellos asumen «su sufrimiento y su indignación» como propios.

De Roux además afirmó que uno de los propósitos del encuentro es el de aceptar la responsabilidad social y «llamar a todos en Colombia a aceptar cada uno desde su lugar la inmensa responsabilidad de nuestra sociedad sobre esta vergüenza de nuestra historia».

El sacerdote explicó que se escogió la violencia más silenciada y la más invasora en la profundidad sagrada de las víctimas para que fuera el eje de este primer encuentro de siete que la Comisión prevé realizar.

La Comisión de la Verdad es un ente del estado colombiano que se creo a instancias del acuerdo de paz firmado entre el Gobierno y la guerrilla de las FARC y forma parte del Sistema Integral de Verdad, Justicia, Reparación y No Repetición, que incluye además la Unidad para la Búsqueda de Personas dadas por Desaparecidas y la Justicia Especial para la Paz (JEP).

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Otra de las víctimas, una mujer afrodescendiente que declaró haber sido esclavizada sexualmente durante 12 años por paramilitares, contó que para ella «lo más triste es que el Gobierno hace caso omiso a esto (la violencia sexual) e ignora este dolor que padecemos».

«Este es un crimen de lesa humanidad porque nosotras tenemos que vivir el día a día con este dolor, esto que nos carcome, no tenemos tranquilidad, no podemos vivir en paz, no podemos mirar a la cara ni siquiera a nuestras familias porque nos da pena, nos da vergüenza», dijo.

En medio del llanto la mujer dijo que solo hasta que pudo salir de su territorio tuvo el valor para contar su historia porque en su región los paramilitares eran quienes ponían todos los cargos públicos, «desde el alcalde hasta el médico».

Asimismo, narró que sus victimarios eran unos «cobardes» porque violaban a las mujeres pero no soltaban sus fusiles.»Nosotras somos más valientes que ellos porque hoy estamos paradas aquí y en cualquier lugar dando la cara. No nos estamos escondiendo», dijo a la vez que clamó: «señores ya basta, ya está bueno, estamos cansadas, estamos muertas».

Algunos de los testimonios fueron entregados a través de personalidades que los leyeron pues sus autoras prefirieron mantenerse en el anonimato y no subir al escenario.Ese fue el caso de Sandra, cuya historia fue leída por el embajador de Noruega en Colombia, John Petter Opdahl.

De acuerdo con las cifras del Registro Único de Víctimas, desde 1985 en Colombia hay registradas 24.861 mujeres y 386 personas LGBTI víctimas de violencias sexuales.Sin embargo, se advirtió que al tenerse en cuenta el subregistro latente para esta clase de crímenes, la cifra por lo menos se quintuplicaría.

La comisionada Lucía González dijo a periodistas que los principales abusadores sexuales han sido los paramilitares seguidos de las guerrillas, los militares y agentes del Estado.

La representante de ONU Mujeres en Colombia, Ana Güezmes, sostuvo que «gracias a las víctimas y organizaciones que a lo largo de los últimos 50 años llegaron a los tribunales nacionales, a la Corte Penal Internacional y a la ONU, hoy se tiene un presente con normas internacionales clarísimas, un acuerdo de paz clarísimo que les dice a ustedes que una vida libre de violencias es posible».

Explicó que por eso «hoy venimos a decirles que los estándares internacionales de derechos humanos, que el acuerdo de paz en Colombia dice claro que la violencia sexual no es parte inhabitable de nuestra vida, no es un daño colateral de las guerras, no es un hecho aislado, no es privado y no es un crimen secundario», explicó.

Güezmes le dijo a las víctimas que «no están solas» y les reiteró que el único culpable de la violencia sexual contra ellas «es quien la comete y quien la tolera» y que cuando un victimario daña a una persona daña a toda la sociedad.

El encuentro terminó con un reconocimiento de la Comisión de la Verdad a las víctimas y la presentación de manifestaciones culturales por parte de grupos como Kombilesa Mi, las Tamboreras del Cauca, Aterciopelados y un monólogo de la actriz Alejandra Borrero.

 

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