El presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, vendió en marzo 7,4 toneladas de oro procedente de las reservas del país -por un valor de 300 millones de dólares- para refinarlo en África y así evitar las sanciones estadounidenses, aseguró este martes el diario Wall Street Journal.
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Según desvela el periódico, el metal precioso viajó desde Venezuela hasta Uganda en un avión ruso, donde la carga iba identificada como propiedad del banco central del país, para proceder a su refinamiento antes de ser exportado a Oriente Medio, de acuerdo con fuentes diplomáticas y policiales de ambos países.
La liquidación de las reservas de oro es una de las maneras de Maduro de mantenerse al frente del Gobierno, aseguran dichas fuentes, después la pugna interna que mantiene con el jefe del Parlamento, Juan Guaidó, reconocido como presidente interino de Venezuela por más de cincuenta países, entre ellos varios europeos y Estados Unidos.
EE.UU. impuso sanciones a la venta de oro en noviembre del año pasado, aunque, desde entonces, se ha seguido poniendo a la venta en secreto el material precioso.
Una muestra son los dos envíos de 3,8 y 3,6 toneladas a Uganda para su tratamiento y posterior envío a Oriente Medio, con Turquía como destino final.
Como intermediario actuó una empresa de Dubái llamada Goetz Gold, aunque la compañía aseguró que dicha carga no fue enviada a Ankara.
Solo el primer lote desapareció, mientras que el segundo fue intervenido por la policía ugandesa, que identificó los lingotes con etiquetas que certificaban su procedencia venezolana y que los fechaban en la década de los cuarenta del siglo pasado.
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Con todo, el fiscal general del país ordenó tres semanas después de su incautación la liberación de la carga, cuyo rastro se perdió entonces.
No se trataría de la primera carga enviada este año, sino que en enero ya se habría producido un envío de veinte toneladas, según denunció el opositor José Guerra, antiguo economista del banco central.
Esto hizo que el asesor de seguridad nacional estadounidense, John Bolton, advirtiera a Turquía y a Emiratos Árabes de que no compraran a Venezuela estos bienes «robados al pueblo venezolano por la mafia de Maduro».