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De “la mata que mata” a “la mata que cura”

El cultivo de cannabis medicinal en el país puede generar un gran impacto en el campo y en el mejoramiento de la salud de los colombianos.

– Papá, me voy a trabajar a un cultivo de cannabis.

– ¿Y eso qué es, mijo?

– De marihuana, papá.

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– Uy no mijo, pero eso es un peligro porque va a llegar la policía y se va para la cárcel.

– No ‘apá’, acá ya no hay matas psicoactivas, eso es para ayudar a la gente.

Esa fue la conversación que hace un par de meses tuvo Jorge Valencia, un trabajador de la tierra y artesano nacido en Salento, Quindío, que ahora es el encargado de las labores del campo de la empresa Plantas Medicinales en Colombia (Plantmedco), que llegó a la región con inversión extranjera para producir aceite de cannabis con fines medicinales, con los más altos estándares de calidad que hay en el mundo.

“Aprendí a trabajar la tierra desde muy niño. Mi papá toda la vida ha sido una persona de campo, y desde pequeño me ponía a ayudarle. Eso aquí (en Plantmedco) me lo han valorado. Llegué como un empleado normal pero ahora soy el encargado del personal de las labores de campo. Mis compañeros también son personas de la región y están muy contentos, porque normalmente en otros cultivos le pagan a uno por un día de trabajo unos 25 mil pesos, pero acá estamos con todas las prestaciones de ley”, explica Jorge.

Las mujeres son muy beneficiadas en esta labor, pues por su delicadeza son las encargadas de cortar las flores que da la planta, que son las que se procesan para adquirir el aceite con altos niveles de CBD (constituyente medicinal) y mínimos porcentajes de THC (constituyente psicoactivo).

La empresa ha tenido el aval del gobernador de Quindío, el sacerdote Carlos Eduardo Osorio, para comenzar sus operaciones, ya que cuenta con las cuatro licencias y todos los estándares de seguridad para monitorear la producción. También porque se proyecta generar 20 mil empleos directos e indirectos a largo plazo (al menos dos mil en los primeros cinco años), lo cual tendrá un gran impacto en la región, que es una de las más golpeadas por el desempleo.

“Como todas las cosas en los seres humanos, importa mucho la intencionalidad. Durante muchos años hemos permitido que el mundo se haga daño con una mata, pero hoy podemos decir que hay una nueva posibilidad que estamos explorando. Hoy esa mata puede llevar salud, tranquilidad y paz. Ahora van a salir noticias, pero de esperanza”, dice el gobernador.

Un negocio complejo, pero muy rentable

Superado el estigma de la marihuana y aprobado su uso medicinal, para Plantmedco y otras multinacionales e inversionistas extranjeros está claro que Colombia puede ser la despensa de cannabis medicinal del mundo. Es como el nuevo oro verde, sobre todo teniendo en cuenta el boom que están teniendo estos medicamentos en Canadá y Europa.

El cannabis en sus condiciones más óptimas, que solo se dan en países del trópico, y especialmente en Colombia (ya que necesitan mucha luz solar y mútiples variedades se han adaptado a nuestro territorio), puede dar entre tres y cuatro cosechas al año. Su cultivo requiere estricta vigilancia y 2.5 litros de agua por planta, pero el precio al que se cotiza el aceite en el exterior vale toda la inversión y los esfuerzos.

“¿Qué es más rentable? Sembrar cannabis. ¿Qué es más fácil? Sembrar café”, explica Santiago de los Ríos, agrónomo de Plantmedco.

“Una planta de café dura alrededor de 20 años produciendo, dando una cosecha fuerte y otra traviesa al año.  El cannabis dura cuatro meses y hay que estar muy pendiente de todas las labores que se usan en el cultivo. El manejo es muy diferente. El cannabis no es un cultivo extensivo, es más como un cultivo ornamental y se necesita más mano de obra por unidad de área, al menos 12 personas por hectárea”, agrega De los Ríos.

Además, hay que tener en cuenta que la seguridad del cultivo, para estar dentro de la norma, requiere un sistema de seguridad extremo. Cada planta debe estar bajo inventario y tener un código de barras, incluso las semillas. El lugar está lleno de cámaras, el ingreso del personal es restringido y nadie puede tener antecedentes judiciales. Y, por supuesto, solo se puede cultivar si se tienen las licencias correspondientes.

Sin embargo, Iván Arias Aranzázu, presidente de Plantmedco, manifiesta que la idea es que la empresa pueda comprar el producto a pequeños y medianos empresarios, como de hecho obliga la ley colombiana.

“Estamos invitando a cooperativas de agricultores pequeños y medianos para que se unan a este proyecto.  La ley exige como cuota de responsabilidad social el 10% de cultivadores, pero le estamos apostando a un 80%”, dice Arias.

En ese sentido, la empresa se compromete a brindar las semillas y todo el asesoramiento para que los cultivos tengan los estándares de calidad requeridos, entre otras cosas que sean casi orgánicos, ya que el producto es medicinal.

¿Cómo va Colombia con el cannabis medicinal?

Aunque varias empresas, mayoritariamente canadienses, han llegado al país para producir aceite que sea exportado como materia prima, el medicamento en Colombia aún está lejos de llegar a las manos de los pacientes, más que por un tema de registro, por falta de conocimiento en el área de la medicina.

“La política antidrogas ha sido nefasta para el desarrollo del conocimiento en la medicina en este país y en los países latinoamericanos. El conocimiento tradicional ha sido desperdiciado durante mucho tiempo. Se ha trabajado con los cultivos ilícitos en el sentido del rendimiento lucrativo inmediato en vez del sentido del conocimiento en beneficio de la sociedad”, explica el doctor Sergio Isaza Villa, presidente de la Federación Médica Colombiana.

Sin embargo, esta entidad y Colcanna SAS, la subsidiaria de Aphria, empresa canadiense que elabora medicamentos de cannabis, firmaron un acuerdo de exclusividad para desarrollar conjuntamente el primer currículo de formación educativa y de investigación en Colombia en temas relacionados con el uso del cannabis medicinal.

Mediante este acuerdo, ambas organizaciones desarrollarán contenido, recursos y vehículos de educación que permitirán a médicos en todos los departamentos del país, adquirir y ampliar su conocimiento sobre el impacto del cannabis para fines medicinales.

Una vez que el médico cumpla con todos los requisitos del currículo, la Federación Médica Colombiana otorgará un certificado de finalización satisfactoria del curso, el cual avalará el nivel de conocimiento adquirido.

Lo anterior se hace con el fin de que los médicos en Colombia estén en capacidad de recetar medicamentos hechos a base de cannabis, que pueden ayudar mucho a pacientes que presentan dolores agudos crónicos como fibromialgia, artritis autoinmune y esclerosis múltiple. También sirven para estabilizar la epilepsia, el autismo o el Párkinson.

 

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