Noticias

El doble discurso de la paz: Ante el mundo, Duque es el defensor de la paz

En esta oportunidad analizaremos los dos lados de la discusión sobre la postura del Gobierno de Iván Duque con respecto a la paz

Especial El doble discurso de la paz. “La paz es un objetivo de todos los colombianos y todos, absolutamente todos, vamos a trabajar decididamente por ella”, dijo el presidente Iván Duque en la Asamblea General de las Naciones Unidas el 26 de septiembre, a pocas semanas de su posesión.

Esa fue la segunda vez que en su discurso como mandatario decía que iba a apoyar la paz. La primera vez fue una breve mención el día que recibió la banda presidencial en la Plaza de Bolívar de manos del presidente del Congreso, Ernesto Macías.

Desde entonces, el Gobierno siempre ha dicho que apoyará la paz y el proceso de reincorporación de aquellos exguerrilleros que se acojan a la legalidad y que le caerá con todo el peso de la ley a quienes lo incumplan.

Recomendados

“Nuestro Gobierno va a trabajar para que el proceso de desmovilización, desarme y reinserción adelantado en los últimos años salga adelante con éxito”, aseguró frente a la ONU.

Pero a una gran parte de los colombianos, aquellos que son reconocidos en el mundo político por haber votado Sí en el plebiscito, les queda un sinsabor cuando Iván Duque pronuncia estas palabras. Para nadie es un secreto que la división que surgió en el país por el Sí y el No del plebiscito se mantuvo en los últimos años y fue crucial en las elecciones presidenciales del 2018.

Es por eso que ven a Duque no como un presidente de la centroderecha o como un “uribista 2.0”, como él mismo en campaña se definió, sino que lo ven como el representante de los del No y miembro del partido que ha querido hundir el acuerdo de paz desde siempre, el Centro Democrático.

Por eso en esta oportunidad analizaremos el doble discurso que Iván Duque ha manejado sobre la paz. Por un lado, a nivel internacional ha tenido que afianzar sus argumentos en apoyo a la paz, esto debido al compromiso que el país tiene con otros Estados que respaldaron el proceso de paz con las Farc. Pero por otro lado ha tenido que consentir los ideales de su partido y lo que ha profesado su máximo líder, el expresidente Álvaro Uribe.

El compromiso internacional

El pasado Gobierno le heredó una responsabilidad al Gobierno actual y fue la de mantener los acuerdos pactados en La Habana con las Farc. La razón por la que se sabía que tendrían que cumplir era por un compromiso internacional adquirido con varios Estados y varias organizaciones. Noruega y Cuba fueron los dos países garantes del proceso de paz con las Farc, mientras que Chile y Venezuela lo acompañaron. Pero Colombia también le debe responder a otros 13 países que entregaron donaciones para que los proyectos del posconflicto se pudieran realizar. Por eso a ellos se les debe notificar sobre el uso que se les dé a sus donaciones.

En cuanto a la ONU, este organismo aceptó ser el verificador de los acuerdos y de esta manera demostró el respaldo al país. Fue así como se creó la Misión de la ONU en Colombia, que en la actualidad funciona gracias a que han decidido extender su presencia para seguir apoyando al Gobierno en su implementación.

Pero hay un punto más complejo y tiene que ver con la Corte Penal Internacional y el Estatuto de Roma. Duque, poco tiempo después de tomar posesión como presidente de Colombia, reconoció en el Foro de París sobre la Paz que el acuerdo de paz negociado con las Farc “se realizó bajo el paraguas del Estatuto de Roma, cumpliendo además los parámetros de la Corte Penal Internacional”, y por eso él, durante su mandato, se comprometería con la implementación de lo pactado en La Habana.

No acabarán con la paz, la mejorarán

Desde el primer momento el presidente manifestó que haría modificaciones al acuerdo, pero todo con el objetivo de mejorarlo. Por eso uno de los cambios que se hicieron fue cambiar el nombre de la Alta Consejería para el Posconflicto por Consejería para la Estabilización.

“El decreto 179 de febrero de 2019 no significa un golpe a la paz ni mucho menos”, dijo el consejero Emilio Archila. “La implementación de los acuerdos abarca lo que se refiere a nuestro apoyo a los ex combatientes, el trabajo con los 170 municipios más afectados por la violencia y la pobreza, lo correspondiente a las víctimas, el apoyo a la mejora de las condiciones de vida en la regularidad, la agenda regulatoria referente a la reforma en el campo y todos los frentes que hemos venido trabajando en este gobierno. El propósito del Gobierno del presidente es hacer una gran transformación, con o sin acuerdos”, agregó en referencia a las razones por las que decidieron cambiar el nombre de esta oficina.

Objeciones a la JEP

Las objeciones a seis puntos de la ley estatutaria de la JEP no fueron bien recibidas en algunos sectores de la oposición. Pero para Duque, esta era una gran oportunidad “para construir un consenso institucional alrededor de la justicia transicional. Una oportunidad que nos permita encontrar un camino para enfocarnos en lo que nos une y no en lo que nos divide”. Es decir, para dejar a un lado esa división que se creó con el Sí y el No del Plebiscito.

También agregó que “no estamos ante un choque de trenes”. En este sentido, expresó que “la Corte Constitucional, Corte por la que tengo el mayor respeto, es la guardiana de la Carta Política y sobre los temas de constitucionalidad tiene la última palabra”. Es así como Duque se comprometió a acatar las decisiones que se tomen en el Congreso y en la Corte Constitucional sobre estas objeciones.

Sobre este tema la ONU también ha estado vigilante. Por eso se cree que a Duque le quedaría muy difícil incumplir los acuerdos de paz y hacer caso omiso a las constantes recomendaciones que hace la comunidad internacional al tan protegido acuerdo de paz con las Farc.

Entonces, ¿Por qué sus palabras confunden? En la siguiente nota le explicaremos el lado negativo del doble discurso de Iván Duque.

MÁS NOTICIAS DE COLOMBIA Y EL MUNDO, AQUÍ.

 

Tags

Lo Último

Lo que debe saber


Te recomendamos