Colombia, en donde se consumen 24 kilos de plástico por persona al año, se enfrenta a la posibilidad de padecer un «tsunami» ambiental por cuenta de la contaminación de mares y ríos con este material, dijeron hoy expertos a Efe.
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«El panorama es aterrador porque los lugares más preciados en el país, como manglares, mares y ríos, sufren una contaminación por plástico inmensa», indicó la directora de la ONG ambientalista Greenpeace Colombia, Silvia Gómez.
Del consumo per cápita que hacen los colombianos, precisó Gómez, «el 56 % es plástico de uso único» como pitillos, cubiertos, tapas de refresco o envases de jugo.
De hecho, se ha establecido que el país genera unas 12 millones de toneladas de residuos sólidos al año y solo recicla el 17 %.
En el caso de Bogotá, la cifra alcanza las 7.500 toneladas al día, de las que se recicla un 15 %.
Estos datos, señaló la vocera, «permiten establecer que se necesita lanzar una voz de alarma con respecto al verdadero tsunami de plástico que hoy enfrentan sitios como las costas colombianas».
La preocupación de Greenpeace se acrecentó hace tres meses cuando varios de sus expertos realizaron un viaje por las costas Atlántica y Pacífica para establecer si Colombia está ad portas de una crisis por polución de plástico.
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«Ha sido impactante lo que hemos visto porque el plástico está borrando la belleza de las costas», indicó.
Para crear conciencia sobre la situación, Greenpeace Colombia lleva a cabo hoy una jornada en Bogotá en la que los asistentes recrean «un mar humano que lucha contra los plásticos que azotan al país» y realizan una marcha por la ciclovía.
Según la bióloga marina Sandra Bessudo, directora de la Fundación Malpelo, «es aterrador que en algunas áreas del Pacífico colombiano sea tanta la basura que hay que los niños no diferencian entre una planta natural y un plástico».
Para tratar de contrarrestar esta problemática Bessudo presentó en septiembre de este año la campaña #EsTiempodeActuar junto a representantes de la marca de relojería suiza TAG Heuer.
La iniciativa busca apoyar a los habitantes de Jurubirá, corregimiento del municipio de Nuquí, que hace parte del empobrecido departamento de Chocó, en el noroeste de Colombia, para que el plástico que les llega a través de ríos y el mar Pacífico sea aprovechado como fuente de ingresos mediante la recolección, compactación y posterior venta.
En el mundo, las estimaciones para 2050 son alarmantes ya que se cree que habrá 12.000 millones de toneladas de desechos plásticos en entornos naturales.
De hecho, el 10 % de todo plástico desechado en el planeta ingresa al mar y de ese porcentaje la mayor parte termina en el lecho marino.
Al analizar dicha realidad se ha podido determinar que las especies marinas son unas de las más afectadas por el consumo de plástico, especialmente las aves, tortugas, ballenas y delfines.
También, las personas de bajos ingresos económicos que viven cerca a mares y ríos se enfrentan a un mayor impacto en su salud al ingerir animales contaminados con este material.
En el caso colombiano, precisó Silvia Gómez, «el 90 % de las playas de la costa Atlántica están contaminadas con microplástico», entendido como partículas de cinco milímetros de diámetro.
Además, entre los 20 ríos más contaminados del planeta con plástico figuran el Amazonas, en el puesto siete, y el Magdalena, la principal arteria fluvial del país, en el 15.
Precisamente, el gastroenterólogo Philipp Schwabl, de la Universidad Médica de Viena, reveló en octubre pasado los resultados de un estudio mediante el cual halló microplástico en el excremento de ocho personas provenientes de Finlandia, Italia, Japón, los Países Bajos, Polonia, Rusia, Reino Unido y Austria.
«La mayoría de los participantes bebieron líquidos de botellas de plástico, pero también fue común la ingesta de pescados y mariscos. Es altamente probable que la comida es contaminada con plásticos durante varias etapas del proceso de alimentos o como resultado del empaquetado», comentó Schwabl a periodistas.
Debido a todos los hallazgos anteriores Greenpeace lanzó la campaña «Colombia mejor sin plásticos», encaminada a recoger 80.000 firmas para que el Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible cumpla con la implementación del Plan Nacional de Gestión Integral de Residuos Sólidos e incluya en él la prohibición del plástico de uso único.
«La solución no solo está en reciclar sino en entender el origen del problema e invitar al ciudadano a dejar de consumir productos que no necesita y que sí contaminan», puntualizó Gómez.
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