La xenofobia, ese sentimiento de odio contra las personas que no son de nuestro país, se ha popularizado con los grandes movimientos migratorios en Latinoamérica.
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La situación de Venezuela y la violencia en Colombia lograron que muchos connacionales viajaran a otros países a buscar un lugar mejor para cumpir sus sueños. Sien embargo esto no es nada fácil.
Dos mujeres venezolanas denunciaron que en las calles de Argentina, una mujer y su pequeño hijo, las agredieron por tener un acento diferente y otro color de piel.
«¿Donde está la seguridad? ¿Acaso un barrio te lo garantiza? ¿Lo hace la presencia de la policía? ¿O el horario al que sales? La respuesta me evade. Hoy a las 9 de la noche, en Cañitas, un barrio “seguro”, bajé a fumar un pucho con mi amiga, una actividad rutinaria, en medio de la conversación, sale del edificio -en el cual vivo y frente al cual estaba fumando- una mujer alterada con un niño de 4 años al parecer. Nos acusa de estar fumando marihuana, y nos pregunta si vivimos ahí. Asumiendo que era otra inquilina, le contesto que vivo en el segundo piso, y que si le molesta el humo del cigarro, me aparto.
Nos grita. Entre insultos xenófobos “peruana de mierda”, clasistas, racistas “negras villeras”, e incluso machistas “putas de mierda, eso es lo que viene a nuestro país ¡putas drogadictas!” Nos agrede.
El hijo, una criatura apenas, repite con regocijo los insultos de la madre, y va más allá, nos arroja el encendedor que en medio del altercado cayó al suelo.
La madre, en vez de detenerlo, continúa con su ataque, se nos acerca, nos grita en la cara.
Sabiendo que estaba trastocada o al menos bajo la influencia de algún narcótico, nos alejamos del lugar, esperando que el encuentro quede ahí.
Nos sigue. El Niño me patea, le digo a la madre que lo aleje, que nos dejen tranquilos», señaló Verónica Marín y Bárbara Martínez, las mujeres víctimas.