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Desde la primera Iglesia Bautista de Latinoamérica en San Andrés oran por Colombia

Se calcula que más 350 mil colombianos profesan esta fe que llegó al país a través del archipiélago de los siete colores.

Como un cubo azúcar, reluciente en su blanco inmaculado, ubicado en una verde colina, así se divisa desde antes de aterrizar en la isla de San Andrés, la primera Iglesia Bautista de Latinoamérica.

Cantos y música reciben a los peregrinos y turistas despistados, que por lo general, interrumpen los servicios del domingo, uno de los días más visitados. Sin embargo, todos aquellos que deseen conocer la historia de este monumento, son atendidos amablemente, por voluntarios locales, quienes se encargan de contar la legendaria historia del templo.

Con su amplia sonrisa, tan blanca como la iglesia, abrazos y hasta dulces, la sanandresana, Truby Fox, recibe a los visitantes y con ella comienza una experiencia que traslada al pasado y a la vez llena de espiritualidad.

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“Somos colombianos y para nosotros Colombia no está lejos. Sabemos que tenemos que rezar por Colombia, pero también queremos que quienes están en el continente recen por San Andrés porque nos hacen falta muchas cosas”, dijo Truby a PUBLIMETRO

El templo, que data de 1847, fue construido con madera de pino traída del estado de Alabama, en el sur de Estados Unidos.

“Todavía mantenemos el árbol de tamarindo donde el primer reverendo del templo leía sus sermones bajo el sol cuando no existía la iglesia”, cuenta la voluntaria.

 

 

 

 

 

 

Bajo este árbol se conserva una humilde caseta con un pódium de lectura como recuerdo de los orígenes de esta fe, que luego fue utilizada cuando se incendió la iglesia y la comunidad la reconstruyó nuevamente. Hasta la actualidad se mantiene en pie.

No siempre fueron días tranquilos en la alta colina de Loma, donde se erige su iglesia, antes de su construcción, la leyenda local asegura que fue el comando de operaciones del pirata Henry Morgan, quien usó esa posición esta posición estratégica, a 120 metros sobre el nivel del mar, para monitorear a los barcos y galeones que surcaban el Caribe, es por ello, que no es coincidencia, que su famosa cueva quede solo a unos pocos kilómetros del templo. Allí todavía se escuchan las historias de cómo el pirata escondía sus tesoros, mezclándolos con partes humanas de los soldados caídos y rezándolos con vudú. Estas leyendas resuenan en la noche isleña como tradicionales cuentos de terror para niños.

La fe bautista

Al entrar  a la iglesia se siente el calor del hogar, totalmente elaborada en madera de machimbre, que proviene de Estados Unidos y con la que elaboran su tradicional arquitectura raizal de casitas pintorescas bañadas en colores tropicales que recrean la vista por doquier.

Frente al altar principal se pueden apreciar los retratos de todos los reverendos y pastores que han leído sus sermones en la antigua iglesia.

Los bautistas comenzaron sus labores en el año 1845 en las islas de San Andrés y Providencia; en el continente en Barranquilla en 1942. Las iglesias bautistas se caracterizan por tener a Jesucristo como único mediador para la salvación, la Biblia como base autoritativa en cuestiones de fe y práctica, la libertad de conciencia, el bautismo de creyentes y la separación iglesia-estado. Además, comparten todos aquellos principios que promueven las iglesias de tradición evangélica y que tienen raíces en la reforma radical del siglo XVI, de acuerdo a la Universidad Bautista de Colombia.

En el sermón de los domingos del reverendo Raymond Howard, pastor del templo, se destacan sus peticiones por la mejora de los problemas de salud en la isla, que solo cuenta con un hospital, mal dotado, la falta de alcantarillado y más oportunidades de estudios superiores para los jóvenes del archipiélago, quienes se reúnen en las tardes en las playas cerca del Beer Station a pasar el atardecer.

La Iglesia Bautista, para algunos turistas que pasan por la isla, puede pasar desapercibida, pero para sus lugareños es su principal fe y su música gospel resuena con fuerza en cada esquina.

Entre los meses de julio y agosto San Andrés sus territorios celebran una de sus festividades más importantes con la “Emancipation week”, que conmemora la liberación de los esclavos a manos del emancipador Philip Beekman Livingston jr, el 1 de agosto de 1834. Este evento histórico dio inicio a la consolidación de la etnia raizal como pueblo libre de América.

Esta celebración es el marco para el festival ‘Celestial choirs’, evento que reunió a veinte coros de góspel, que tuvieron como escenario a la primera Iglesia Bautista.

“A nosotros nos gusta compartir con todos los que llegan a nuestra iglesia y que cada quien deje sus oraciones por escrito porque todas estas peticiones que nos llegan de Colombia y muchas partes entran a hacer parte de nuestras plegarias”, contó Truby.

Para Kent Francis, investigador y exgobernador de la isla, la “Emancipation week”, que además se festeja conciertos y desfiles, conmemora a los primeros “negros libres en masa en Colombia por fuera de los palenques, gracias a la gesta de Philip Beekman Jr., nacido en la isla de Providencia en 1814”.

De acuerdo al libro ‘Historia de los bautistas’ de Justo Anderson en 2003 existían más de 350 mil bautistas en el país, sin incluir a los miles de simpatizantes no registrados en la lista de congregaciones en Colombia. La Alianza Bautista Mundial congrega unos 100 millones de bautistas en más de 160 mil Iglesias; la ABM tiene voz en la ONU (Organización de Naciones Unidas) en donde aboga especial mente por la defensa de los Derechos Humanos.

Un paraíso en estado crítico

La columnista Edna Rueda del diario El Isleño, le dedicó una extensa columna a las malas condiciones en las que se encuentra el Hospital Clarence Lynd Newball, antes de la visita presidencial de Iván Duque.

“Lo primero que deben saber es que el lugar donde se hospedan no refleja la realidad del universo que visitan, no hay para nosotros agua potable ni alcantarillado porque esas ventajas son privilegios para menos del veinte por ciento de la población de la isla”, contó Rueda.

La escasez de medicamentos y desabastecimiento de drogas básicas como la oxitocina, el diazepam, el salbutanol y los antibióticos son una constante, que se vivió en forma crítica, en el mes de julio pasado cuando no se conseguían en ni en las droguerías. De acuerdo a Rueda, el diseño del hospital sería más práctico para una ciudad como “Tunja” y denunció que le deben los salarios y pensiones a médicos especialistas.

También otra de las problemáticas de este departamento es la forma en la que deshecha sus basuras y residuos médicos, que con la creciente población, las toneladas de desperdicios no encuentran un lugar adecuado para ser almacenados en la pequeña extensión de territorio.

Después de su visita a la isla, presidente Duque envió un avión ambulancia de la Fuerza Aérea para el traslado de pacientes en estado crítico y prometió la llegada de un barco con medicamentos e insumos médicos.

Casa de cultura en construcción

Mientras en San Andrés se respira una colombianidad a toda prueba, donde en las tiendas ofrecen primero una chocolatina Jet, antes que los económicos Milky Way, que se consiguen a bajos precios por las facilidades del dutty free, en la isla se pueden ver varias obras que quedaron estancadas en el tiempo, como la tan anhelada sede de una universidad pública, cuyas ruinas se pueden ver al extremo de la isla y la Casa de Cultura Nord End que lleva 25 años en proyecto.

La obra, que finalmente este año comenzará a ser construida, tiene un costo de 8.947 millones de pesos que serán ejecutados en ocho meses en un área de 5. 634, 92 metros cuadrados.

El responsable de la obra que antes de un año debe estar lista a partir del inicio de los trabajos, es el Consorcio Edificaciones SAI del que hace parte el ingeniero isleño Armando Peña Henry.

Luego de muchas discusiones sobre su diseño, se determinó que tuviera dos pisos, que contará con galería, concha acústica y una Escuela de Bellas Artes, que albergará un piano de cola y demás instrumentos musicales de la agrupación ‘Los legendarios’, célebre entre los isleños.

Este proyecto es una vieja aspiración de este territorio para recuperar un patrimonio cultural que hoy día se encuentra bajos los escombros. Está ubicado en uno de los sectores más exclusivos de la isla y que espera ser, en un futuro, la primera y única biblioteca departamental de San Andrés.

La visita a la primera Iglesia Bautista termina con un enorme abrazo de Truby que roba muchas lágrimas a los turistas que llegan a orar o de paseo. Ella despide a sus visitantes siempre recordando que sigan orando por el país y por los isleños.

La frase

“También queremos que quienes están en el continente recen por San Andrés porque nos hacen falta muchas cosas”, Truby Fox, voluntaria de la Primera Iglesia Bautista de Latinoamérica.

La cifra

Más de 350 mil colombianos profesan la fe bautista en el país.

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