De pie, sin pretensiones en el estacionamiento de una gasolinera en una concurrida intersección en Oregón, este Blockbuster es el último que permanece abierto en Estados Unidos.
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Hace más de 10 años, había 9.000 tiendas Blockbuster en todo el mundo. Después de un declive en la década de 2000, la compañía se declaró en bancarrota en EE. UU. en 2010.
La tienda en Bend, Oregón, es una franquicia y se convirtió en la última después de que dos locales independientes cerraran en julio en Alaska.
Los elementos de un Blockbuster tradicional se conservaron: paredes amarillas, máquinas de dulces e, incluso, el sistema informático con su pantalla azul. Y, obviamente, el buzón para devoluciones.
Todos los martes, Sandi Harding -gerente del establecimiento- sigue yendo a los hipermercados a comprar nuevos títulos para su tienda, que cuenta con Blu-ray, DVD y videojuegos, viejos y nuevos.
Asegura que su negocio se beneficia de la gente cansada quedarse en casa y de los teléfonos inteligentes. Este es su testimonio.
Me siento triste y nostálgico de ver irse a Blockbuster. Esta tienda ha estado aquí desde 1992 y trabajé para ellos en 2004. Cuando me enteré de que iba a ser la última me sentí nervioso, no estaba seguro de lo que iba a suceder.
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La cantidad de atención que hemos recibido fue absolutamente una locura. Las mejores historias son de los padres que traen a sus hijos y dicen: «Esto es lo que solíamos hacer, solíamos tomar una película y llevárnosla por ahí». O los que hablan de cómo tuvieron sus primeras citas en Blockbuster.
Hemos recibido a muchas personas de todo el mundo, como de Londres y Taiwán, y de todo el país.
Tenemos un pasto hermoso frente a nuestra tienda y hace tres semanas no había un camino hasta el letrero de Blockbuster, como ahora, con esta hierba amarilla y gastada por todos los que se hacen fotos junto a él.
No importa de qué color de piel, religión o afiliación política sean, todos en el mundo tienen una sensación feliz cuando piensan en Blockbuster y eso nos une a todos. Creo que esa es la nostalgia que todos sienten y a la que intentan aferrarse.
«¡Me trae todos los recuerdos de cuando era pequeño! Hasta el olor del lugar. Es parte de mi vida. Alquilaba películas por un dólar y pasaba el tiempo buscando en los mostradores la película perfecta para una gran noche».
Erin Sahul, 37años, visitante procedente de Seattle.
La locura se queda fuera de nuestras puertas. Una vez que vienes aquí, recuerdas tu infancia, tu película favorita o ese viernes por la noche en que intentabas conseguir una película pero no podías encontrarla. O las palomitas y los dulces.
Una mujer que manejó una tienda Blockbuster en California vino con su familia y era como si fuéramos amigas separadas desde hacía mucho tiempo. No nos conocíamos. Éramos de áreas y orígenes completamente diferentes. Y no nos importó. Tuvimos esa sensación de calidez nada más vernos y comenzamos a hablar. Nos abrazamos y fue como si nos conociéramos durante toda la vida.
Este lugar se abrió como un negocio privado, Pacific Video, y en 2000 se convirtió en Blockbuster. La gente nos conoce desde nuestros primeros días y quieren que sigamos abiertos.
Mi mejor amigo trabajó aquí, así es como conseguí mi trabajo. Fue emocionante y atemorizante porque no sabía nada sobre el negocio del cine. Y fue muy divertido.
Mi esposo también trabajó en una tienda Blockbuster. Mi hijo Ryan, que tiene 14 años y ahora trabaja aquí, creció en esta tienda, como mis otros dos hijos. Así que tengo muchos buenos recuerdos.
Ahora me busco en Google y aparece «Blockbuster in Bend» y pienso: «¡Dios mío, soy más que solo Blockbuster! ¡Soy mamá, tengo nietos!».
Rebobinando la historia de Blockbuster
• La compañía fue fundada en 1985 en Dallas, Texas, valía miles de millones de dólares en su apogeo y empleaba a decenas de miles de personas.
• Según el Washington Post, Blockbuster fue tan popular en Estados Unidos que, en 1989, se abría una nueva tienda cada 17 horas. Sus enormes tiendas se encontraban principalmente en intersecciones transitadas y centros comerciales populares.
• El rápido aumento de los servicios digitales como Netflix, que se lanzó en 1999, y los minoristas en línea, como Amazon, hicieron que el modelo de negocio de video y DVD de Blockbuster fuera prácticamente obsoleto.
• El proveedor de televisión estadounidense Dish Network compró la empresa en una subasta en 2011 y todas las tiendas de propiedad corporativa en el país se cerraron en 2013. Decenas de tiendas privadas que permanecieron abiertas cerraron en los años siguientes.
• Sus operaciones internacionales incluían cerca de 4.000 tiendas en Reino Unido, Canadá, Dinamarca, Italia, Brasil y México, entre otros países. Antes de que comenzaran sus problemas, en el Reino Unido tenían 528 tiendas y 2.000 trabajadores. Cerraron en 2013.
Estoy tratando de mantener la cabeza fuera del agua. Sabemos que son nuestros 15 minutos de fama y que no van a durar para siempre, así que debemos aprovecharlos. También hay un documental que se filmó aquí.
Toda la exageración de los medios le recordó a la gente que estamos aquí y algunos clientes vienen diciendo: «Oye, queremos apoyarte, queremos mantener nuestro último Blockbuster en Bend». Eso ha sido maravilloso.
Cuando conduces por Bend, verás signos de «tienda local», «apoyo a lo local». Todas las camisetas, pegatinas y todo lo que vendemos están hechos en Bend. Quieren apoyarnos tanto como nosotros apoyamos a la comunidad. Es la gente de aquí, que regresa, lo que nos mantendrá abiertos.
«Todos los viernes venía con mis padres y nos dejaban elegir una película. Entrábamos por los pasillos y luego los convencíamos para conseguir pasabocas. Era un acontecimiento familiar. Es triste y extraño que todavía esté aquí. En mi casa ni siquiera tengo un aparato para reproducir un DVD».
Samuel Bowles, 40 años, Michigan.
Uno de los propietarios me dijo que mientras podamos mantener a los clientes y pagar las facturas y a nuestros empleados, permaneceremos abiertos. Nos quedan un par de años de arrendamiento y tenemos una buena relación con nuestro arrendador. Él apoya todo lo que estamos haciendo.
Estoy un poco nerviosa por el hecho de que, como los demás, tengamos que cerrar algún día. Hay personas que nos dicen: «conviértelo en un museo». Eso sería un divertido. Fue grandiosa la emoción de ser los últimos y compartirlo con todos.
Estoy muy orgullosa de saber que hemos sobrevivido.
Esta entrevista fue editada para lograr mayor claridad.
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