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El Soche, la quebrada que recuperaron estudiantes de un colegio en Cundinamarca

En los últimos ocho años, los jóvenes del Gustavo Uribe Ramírez se han dedicado a descontaminar y cuidar la fuente de agua

Granada, Cundinamarca, tierra en donde nacen moras, papas, zanahorias, alcachofas, tomates y se crían buenas vacas lecheras, de esas que todavía se ordeñan en la madrugada, es la fiel muestra de la verdadera resistencia.

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Y no la política, sino la de verdad, la que impide que sus suelos vuelvan a ser explotados como lo hicieron hace 40 años por las minas de carbón que hay en el lugar o porque empresas que hacen pisos quieren ‘pelar’ sus montañas para lucrarse. A esos nos los han dejado entrar.

En Granada, los estudiantes del colegio Gustavo Uribe Ramírez también hacen parte de ese cambio social. Estos jóvenes pertenecen al proyecto Quercus, un grupo estudiantil que se dedicó a recuperar la quebrada el Soche, que pasa por el 70% del municipio, y a sembrar árboles nativos para devolverle la vida a ese suelo explotado por la ganadería.

El bosque de atrás

“Cuando llegué  este bosque era un botadero de basura. Es que tenemos unos vecinos que de a poco han tomado conciencia y pues les enseñamos que este no era un botadero, pero al principio fue duro”, comentó Sergio Gutiérrez, líder del proyecto Quercus y profesor de Ciencias Naturales, mientras caminábamos por un pequeño bosque ubicado en la parte de atrás del colegio.

En ese bosque fue donde todo empezó y donde aún se gestan las ideas para mejorar el ambiente y las prácticas ganaderas del municipio. “En este bosque botaban basura, mesas, colchones… era terrible. Cuando empezamos esa recuperación fue duro porque la idea siempre fue salvar la quebrada y eso implicaba limpiar, sembrar y cuidar, y los vecinos no ayudaban”, recordó el profesor Sergio.

Con el proyecto Quercus, en el que participan estudiantes desde séptimo a grado once, recuperaron el espacio y el suelo, posteriormente vendría la quebrada. “Sembrábamos algo con los muchachos y pasaba el fin de semana; los lunes volvíamos y estaba todo destruido, lleno de popó de caballo. Fue difícil. Ahora tenemos sembrados árboles nativos y estamos estudiando el árbol balú, muy de esta zona”.

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Quebrada el Soche

La recuperación de la quebrada es el reflejo del trabajo en equipo y de cómo se puede involucrar a la comunidad en el cuidado del ambiente.

Aunque el Soche no está en el terreno del colegio, aún la separan unos alambres de púas, los estudiantes, liderados por el profesor Sergio, se han acercado a la comunidad para que entiendan que la quebrada es de todos y así los han invitado a participar en el programa ‘Germinando Bosques’.

“‘Germinando Bosques’ inició en el 2013. Nosotros hicimos un reconocimiento de toda la quebrada y nos dimos cuenta de los problemas que tenía. Después de eso empezamos el trabajo de reforestación en el sector de la Moya, que es en donde nace la quebrada, y este año la estamos impactando con la siembra de árboles nativos”, comentó Nicolás Leguizamón, uno de los estudiantes del proyecto Quercus.

La siembra de árboles nativos ha sido muy importante para esta recuperación. Desde que inició el proyecto hasta hoy han sembrado unos 5500 árboles. Tan solo este año, los jóvenes, junto a la Administración Municipal, han sembrado y apadrinado un promedio de 1500 árboles, los cuales han aumentado la cobertura vegetal de la ronda de la quebrada el Soche y la bocatoma del acueducto, generando conciencia ambiental.

Uno de los líderes de esta iniciativa es Steven Roa, estudiante e integrante de Quercus. Sin exagerar, Steven, autodidacta, es el que más conoce de árboles en el colegio. “El profesor Sergio me invitó a unirme a Quercus y yo le dije que sí sin dudarlo. El medioambiente me interesa bastante y en el futuro quiero estudiar ingeniería forestal porque quiero ayudar al planeta de alguna manera”.

Steven fue uno de los que apadrinó los árboles que les ha entregado la CAR o la Alcaldía de Granada: “Me llevé 120 árboles a la finca de mi abuelo y con esos hice mi cerca viva. Los árboles no solo nos ayudan a recuperar el suelo que rodea la quebrada, sino el suelo del municipio que se usa para la ganadería”.

El joven estudiante, que espera ingresar el otro año a la Universidad Distrital, contó que “en Granada tenemos una gran preocupación y es que la gente no tiene conciencia ambiental, y por eso es que nos acercamos a los propietarios de fincas o las personas que habitan el municipio”.

Gracias al trabajo que se hizo con ‘Germinando Bosques’ y la recuperación de la quebrada, los estudiantes del Gustavo Uribe Ramírez se ganaron el Premio del Agua Pavco​. Con el dinero que recibieron construyeron uno de sus sueños: un vivero en donde tienen dos camas de lombrices californianas y pequeños árboles nativos que esperan sembrar en el municipio.


«En este bosque botaban basura, mesas, colchones… era terrible. Cuando empezamos esa recuperación fue duro porque la idea siempre fue salvar la quebrada y eso implicaba limpiar, sembrar y cuidar, y los vecinos no ayudaban»: Sergio Gutiérrez, profesor de Ciencias Naturales. 

DATO: El Soche 

La quebrada lleva ese nombre debido a uno de los venados que habita en Granada, Cundinamarca, municipio que queda a tan solo una hora de Bogotá pasando por Soacha. 


Los estudiantes plantando árboles nativos para recuperar el suelo que rodea la quebrada.

Proyecto Quercus

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Trabajan el lombricultivo en el vivero que construyeron luego de ganar el Premio del Agua Pavco

Proyecto quercus

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Esta es la quebrada el Soche, que ha sido recuperada poco a poco por los estudiantes

Quebrada

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