El vicepresidente de Colombia, Óscar Naranjo, defendió hoy en la ONU que el Gobierno saliente deja «una ruta clara» para continuar con el proceso de paz y confió en que el presidente electo, Iván Duque, escuche a un pueblo que no está dispuesto a volver a la guerra.
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Según Naranjo, el Ejecutivo del presidente Juan Manuel Santos «deja un proceso de implementación de los acuerdos sobre bases muy firmes».
«Hoy lo que esperamos todos los colombianos es que se escuche la voz de 50 millones de compatriotas que no están dispuestos a regresar a la guerra y al conflicto», subrayó en declaraciones a los periodistas, antes de participar en una reunión del Consejo de Seguridad de Naciones Unidas sobre la situación en Colombia.
Duque, que será investido el próximo 7 de agosto, ha planteado impulsar cambios «para mejorar» los acuerdos de paz firmados por Santos con las FARC.
Naranjo recordó hoy que el presidente electo ha dicho que mantendrá los acuerdos, que no los «hará trizas», y confió en que ello permita «continuar implementando la paz».
Para ello, subrayó, el Ejecutivo saliente deja «un ruta clara», con un plan marco a quince años y con una sólida base jurídica.
Naranjo dijo además a la comunidad internacional que «la paz en Colombia hay que cuidarla», dado que «no es el resultado de un proceso basado en cálculo político, sino en convicción ética».
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Preguntado por los retos a los que se enfrentará el nuevo Gobierno, el vicepresidente afirmó que el más importante para consolidar la paz es lograr «que las heridas que provocó el conflicto se curen», a través de un modelo de Justicia de transición y de un movimiento social.
También destacó la necesidad de proteger la vida de los líderes sociales, que pese al fuerte descenso de la violencia en el país están siendo víctimas de asesinatos, y de superar la «pesadilla» que ha supuesto el problema del narcotráfico.