Tres minutos le cambiaron la vida a un empleado de la oficina de obras sanitarias de la ciudad de Kobe, Japón, quien fue multado y reprendido por irse a comer 180 segundos antes.
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Pero no fue solamente una vez. El hombre de 64 años de edad mostraba una actitud «reincidente», pues se descubrió que hizo lo mismo 26 ocasiones durante un periodo de siete meses; esto es, prácticamente una vez a la semana.
«La hora del almuerzo es desde el mediodía hasta las 13:00 horas. Él dejó su sitio antes del descanso», respondió un funcionario a medios locales; según reseña el sitio ABC.
Los hechos ocurren mientras en Japón se discute un proyecto de ley para limitar el «tiempo extra» de los empleados a 100 horas por mes; esto, tras un aumento en el número de muertes por exceso de trabajo, una enfermedad conocida como Karoshi.