El panorama político de Cartagena es cada día más incierto debido a los continuos cambios de alcalde que ha tenido esta urbe durante ocho años, periodo por el cual han pasado diez mandatarios entre elegidos democráticamente y otros que han sido encargados por el presidente de la república.
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Expertos señalan que esta inestabilidad política en La Heroica ha detenido irremediablemente el progreso de la ciudad ocasionando graves alarmas que impactan a la sociedad cartagenera. “Preocupa mucho el sector social que es en definitiva una bomba de tiempo en la ciudad de acuerdo al informe de calidad de vida presentado por Cartagena Cómo Vamos. En la administración de Manolo Duque en 2017 las cifras de pobreza se elevaron con 294.895 cartageneros más pobres, lo que significa que esa cantidad de personas en la ciudad cuenta apenas con 241.673 pesos mensuales para cubrir sus necesidades. Esta estadística no aumentaba desde 2008”, explicó Laura Ardilla Arrieta, editora de La Silla Caribe en diálogo con PUBLIMETRO.
Recuento de gobiernos
En septiembre de 2012, Campo Elías Terán Dix tuvo que dimitir a su cargo debido a un tratamiento de un cáncer y nunca más volvió a ejercer como máxima autoridad. Por el despacho distrital pasaron Felipe Merlano, entonces secretario General de la Alcaldía, el exasesor Óscar Brieva, quienes asumieron como encargados ante la ausencia de Campo Elías. El entonces ministro del Interior, el hoy procurador general Fernando Carrillo, designó al exdirector del Departamento para la Prosperidad Social, Bruce Mac Master, como alcalde y, posteriormente nombró a Carlos Otero Gerdts, hoy fallecido. En elecciones atípicas fue escogido Dionisio Vélez Trujillo, quien solo tuvo dos años para implementar su plan de gobierno. Tras seis alcaldes en cuatro años, el 1 de enero de 2016 asumió Manuel Vicente Duque, quien fue suspendido de su cargo por concierto para delinquir, tráfico de influencias y cohecho. El presidente Juan Manuel Santos nombró a Sergio Londoño Zurek como alcalde encargado en dos periodos.
Esta crisis institucional llegó a su punto más alto con la elección del alcalde Quinto Guerra en un proceso electoral atípico este año a pesar que la Procuraduría General advirtió que el exconcejal Guerra estaba inhabilitado para ser candidato. Aún con este agravante el Partido Conservador en cabeza del senador Hernán Andrade lo avaló y el Consejo Nacional Electoral mantuvo su candidatura. Finalmente 72.111 votaron por él, con una de las más altas abstenciones registradas en la ciudad, cuyas elecciones costaron dos mil millones de pesos del erario público, de acuerdo a cifras de la Silla Caribe.
A través del Decreto 949 de 2018, el Gobierno Nacional designó a Yolanda Wong Baldiris como la nueva alcaldesa encargada de Cartagena, luego de la medida cautelar emitida por el Tribunal Administrativo de Bolívar que ordenó la suspensión del alcalde electo Antonio Quinto Guerra. Baldiris, actual secretaria del Interior y Convivencia Ciudadana, se convirtió en el décimo mandatario que llega al poder local en ocho años.
Mafias políticas
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Ardilla señala, de acuerdo a las investigaciones de La Silla Caribe, que el estado de ingobernabilidad en la ciudad se ha dado a causa de varias “mafias políticas” que durante años han estado detrás del poder gubernamental que representa la Alcaldía. “Podemos hablar con nombres propios porque la mayoría de los implicados han sido condenados por la Fiscalía en casos de corrupción como son Juan José García, Willian Montes y Miguel Ángel Rangel. García, por ejemplo, fue la casa política que acogió a los investigados alcaldes Manolo Duque y Quinto Guerra”, expuso Ardilla.
Otro de los temas que preocupan a los analistas es que en ocho años la ciudad no ha visto culminado ningún plan de desarrollo que direccione su futuro próximo y los mandatarios llegan como “ruedas sueltas” a abanderar el procesos inconclusos.
“Cartagena ha estado sumida en un retroceso político que no ha permitido que sus gobernantes vean materializados sus planes de gobierno gracias a varias élites y casas políticas que han apoyado a personas que no son idóneas para el cargo y que han estado investigadas por malas prácticas políticas y administrativas”, afirmó Luis Fernando Trejos, investigador y docente del departamento de Ciencia Política de la Universidad del Norte.
“No se ve una continuidad en los mandatos, cada alcalde que llega lo hace con sus propias ideas, algunos ni siquiera han llegado a poner en práctica ideas o programas sino simplemente a cumplir el mandato de la casa política que los llevó a ser alcaldes. Entonces vemos que no se desarrollan los programas de manera completa o de manera coordinada, ni de manera consecuente como debería ser”, señala la abogada y analista política Rebeca González.
Proyectos de ciudad inconclusos
Laura Ardilla destaca que entre los proyectos de ciudad que más exigen compromiso gubernamental están las políticas de gestión social para combatir la pobreza extrema, el inicio de obras del drenaje pluvial que son requeridas con extrema urgencia, las obras de la Quinta Avenida de Manga, la potencialización del servicio de Transcaribe y la seguridad. “Durante el mandato de Manolo Duque se registró la presencia y crecimiento de varias bandas criminales Bacrim operando en la ciudad lo cual es crítico”, agregó la editora.
En el Concejo
El Concejo de Distrital es otra de las instituciones cuyos miembros, casi la mitad, actualmente han sido inhabilitados o están bajo investigación disciplinaria.
El diario El Universal de Cartagena lidera desde el año pasado las denuncias sobre el poco tiempo que duran las sesiones en el Concejo de la ciudad. Una de las reuniones duró solo 18 minutos.
El Universal junto con el Observatorio al Concejo de la Fundación por Cartagena (Funcicar) hizo recuento de las sesiones del concejo más cortas del año. Estas se realizaron los días 13 y 15 de junio, que duraron entre 10 y 15 minutos. En 2016, el promedio de duración de las sesiones del Concejo de Cartagena fue de dos horas cuatro minutos.
El Observatorio al Concejo de Funcicar informó que por asistir a una sesión, sin importar el tiempo que dure, cada concejal recibe honorarios de 463.404 pesos y que el concejal que no asista a la sesión no recibe pago. Tampoco sesionan los domingos ni los festivos y los sábados se reúnen solamente si existe alguna actividad programada.
La frase
«Preocupa mucho el sector social que es en definitiva una bomba de tiempo en la ciudad»
La cifra
«Las pasadas elecciones atípicas costaron dos mil millones de pesos del erario público de Cartagena»