Los niños de la parroquia ecuatoriana de Mataje, fronteriza con Ecuador, aspiran a ser de mayores como alias «Guacho», a quien se atribuye el secuestro y asesinato de un equipo de prensa, reveló hoy una Misión Periodística Internacional.
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El periodista colombiano Herbin Hoyos, que junto a la española Salud Hernández, encabezaron esta misión (MPIH) que se trasladó a la zona conflictiva del área de la divisoria, dijo hoy en rueda de prensa que en esa población depauperada la casa de la madre de «Guacho» es un símbolo de opulencia, razón por la que los niños sueñan en ser como él.
«La casa de la mamá del Guacho sobresale en una construcción de estructura que va de una calle a la otra y se ha vuelto en un símbolo y por eso los niños cuando les pregunta qué quieren ser cuando sean grandes responden que quieren ser como Guacho», aseveró Hoyos al describir la situación en Mataje.
Se trata de una parroquia rural del cantón de San Lorenzo, en la provincia occidental de Esmeraldas, donde en los últimos meses se han registrado atentados con explosivos, que han dejado cuatro militares ecuatorianos muertos, una treintena de heridos y los recientes secuestros de un equipo periodístico -luego asesinados- el y el mas reciente de una pareja de civiles.
Hoyos aseguró que alias «Guacho», el disidente de las FARC al que se acusa del deterioro de la seguridad en la zona fronteriza, se ha movido a su libre albedrío durante mucho tiempo por la zona, y explicó que «en momentos de tranquilidad llegaba con mercados, con dinero, con la gente que lo acompaña y era donde el pueblo vivía la francachela y la comilona».
Subrayó que «la falta del Estado ha sido constante y que allí se ha movido con toda liberad el narcotráfico y los que habitan la región no les queda otra opción que convivir o servir de auxiliadores, de cooperantes con las redes de narcotráfico».
El periodista señaló al Gobierno colombiano y le acusó de «haber dejado solo a Ecuador en esta lucha», y demandó que ejerza mayor responsabilidad en esta frontera, donde el río Mataje hace de límite geográfico.
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Confirió además «la razón al Estado ecuatoriano, cuando desde siempre argumentaron que los periodistas no estaban en Ecuador, que habían sido trasladados al territorio colombiano».
Y argumentó esa hipótesis en que basta con ver sobre el terreno que a 200 metros del caserío se puede cruzar la frontera, y lo que queda a partir de ahí del lado colombiano es selva inexpugnable.
Sugirió que «muy seguramente» los cuerpos de los trabajadores el diario quiteño «El Comercio», que aún no han sido entregados por los captores, «pueden estar muy cerca de Mataje del lado colombiano».
Hizo esas apreciaciones con base en fuentes formales e informales y según estas últimas, la MPIH ha establecido que en la zona se pueden mover hasta 60 toneladas de cocaína en las etapas de producción.
Para desarrollar la actividad, remarcó, los carteles cuentan con la nula presencia del Estado, sin necesidad de sobornar autoridades o enfrentarlas, lo que convierte la región en un paraje atractivo para los carteles que trafican, como los mexicanos y que se ayudan de los señores de la droga que controlan su paso a Ecuador.