Mocoa, capital del selvático departamento colombiano del Putumayo, conmemora hoy el primer aniversario de la peor tragedia natural de su historia, que tras el desbordamiento de tres ríos dejó 335 muertos y 400 heridos, y cuyo proceso de reconstrucción empieza a devolver la esperanza a los afectados.
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Durante la noche del 31 de marzo y la madrugada del 1 de abril de 2017 un diluvio sacó de su cauce los ríos Mulato y Sangoyaco, afluentes del Mocoa, que arrasaron todo a su paso en esa ciudad de unos 50.000 habitantes en el sur del país.
Viviendas, escuelas, puentes y vehículos quedaron debajo del lodo que se llevó también a más de tres centenares de personas y convirtió en damnificados a 22.310 habitantes que hoy, a pesar del dolor de haberlo perdido todo, esperan con ansias una segunda oportunidad.
«Aquí ha venido demasiada gente. Sería uno desagradecido al desconocer la solidaridad que ha tenido Colombia y el mundo con nosotros», dijo la directora del Centro Etnoeducativo Rural Bilingüe Kamentsa, María García.
De hecho, luego de que los primeros rayos del sol del 1 de abril del año pasado mostraron la magnitud de lo ocurrido, la ayuda empezó a gestionarse.
El presidente colombiano, Juan Manuel Santos, designó entonces como gerente de la reconstrucción al ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, y destinó unos 431 millones de dólares para volver a instalar las redes de energía, acueducto, colegios, vías, puentes, un hospital y viviendas arrasados por la avalancha.
«El proceso va bien porque hoy Mocoa tiene prácticamente todos los frentes de reconstrucción en obra y algunos ya próximos a terminar, por lo que los habitantes pueden estar tranquilos», dijo Villegas esta semana a periodistas.
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En su más reciente visita a la zona, el ministro del Interior, Guillermo Rivera, indicó que los recursos para la reconstrucción están garantizados.
«Los 1,2 billones de pesos (unos 431 millones de dólares) están asegurados en un documento del Consejo Nacional de Política Económica y Social. Que este Gobierno termine el próximo 7 de agosto no significa que las obras vayan a quedar a mitad de camino», explicó.
Rivera aseguró que el próximo Gobierno, cualquiera que sea el que gane las elecciones de mayo próximo, «tendrá que continuar con estas obras que están proyectadas y financiadas».
Como parte de la restauración de Mocoa el Gobierno construirá 1.461 viviendas, de las cuales las primeras 100 serán entregadas el lunes por el presidente Santos en una visita que hará a la ciudad para los actos de conmemoración de la tragedia.
Las demás casas, agregó la Presidencia, estarán listas «paulatinamente, hasta septiembre de 2019».
Asimismo, el 45 % de las redes de acueducto se encuentran ya instaladas y se iniciaron las obras en la bocatoma como parte del proyecto que garantizará el suministro de agua potable a 50.000 habitantes de la capital del Putumayo y para el que se destinaron 28.074 millones de pesos (unos 10 millones de dólares).
También avanza la construcción de tres nuevos colegios y 25 aulas en otras tres instituciones, así como el mantenimiento y mejoramiento de las instalaciones en nueve planteles educativos más.
En esa misma zona, 89 estudiantes mocoanos ingresaron al programa «Ser pilo (estudioso) paga», que otorga beneficios económicos a los mejores bachilleres para acceder a la universidad.
Una de las beneficiadas es Angie Solarte, quien actualmente cursa primer semestre de Derecho en Bogotá y para quien «fue un shock» el ser seleccionada después de pensar que su futuro, así como la ciudad, se había destruido.
Y es que, la dimensión del desastre en Mocoa fue tal que conmovió en ese momento a numerosos líderes mundiales, desde el presidente estadounidense, Donald Trump, hasta al papa Francisco.
En septiembre pasado, cinco meses después de la tragedia, el Obispo de Roma se reunió durante su visita a Colombia con 10 de los damnificados de Mocoa quienes le obsequiaron un poncho que el pontífice uso de inmediato.
Hoy, un año después de la tragedia, aunque todavía falta mucho por hacer y algunos pobladores consideran que las obran avanzan a paso de tortuga, la desolación y la muerte han ido desapareciendo para dar paso al resurgimiento de Mocoa.
