Elizabeth Ostos / MWN en Carácas
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Cuando se cumplen cinco años de la muerte de Hugo Chávez y 20 años de la revolución bolivariana, Venezuela enfrenta una crisis económica y social sin precedente. La potencia energética, con 298 mil millones de reservas probadas de hidrocarburos, enfrenta recesión e hiperinflación y una fuga importante de su población.
Antes de que su sucesor y actual presidente, Nicolás Maduro llegase al poder, tras la muerte de Chávez, ya caían los precios del petróleo. Sus antagonistas señalan que las malas decisiones económicas se profundizaron hasta propiciar un colapso en el aparato productivo. Sin embargo, Maduro afirma que son víctimas de una guerra económica, impulsada por Estados Unidos y dirigentes de oposición, que quieren derrocarlo, borrar el legado de Hugo Chávez y al proyecto bolivariano.
La expresión más elevada de lo que Maduro llama la “agresión imperialista” son las sanciones económicas impuestas por Estados Unidos. Estas se impusieron tras la convocatoria a una asamblea nacional constituyente fuera de la actual constitución, la ausencia de libertades políticas y de elecciones transparentes. Las medidas se sienten en el país.
Más pobres
Cinco años después de la muerte de Hugo Chávez, Venezuela es más pobre y más vulnerable. Esta es una de las concusiones de la encuesta de condiciones de vida del venezolano –Encovi–, hecha por académicos independientes.
El estudio reveló que la pobreza extrema pasó, en cuatro años, de 23,6% a 61,2%. El indicador de pobreza, a partir de los ingresos por hogar venezolano, se ubica en 87%.
Ciertamente, la crisis económica es lo que más preocupa a los venezolanos. Las protestas de 2017 hicieron foco en lo político, pero no impidieron que Maduro consolidara su poder al imponer una Asamblea Nacional Constituyente, calificada de inconstitucional por dirigentes de la oposición. Neutralizada la disidencia, la lucha se traslada a los mercados: qué hacer y qué comprar con el poco dinero que ingresa y cómo sortear una inflación de 50 % al mes.
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Ahora las protestas son por la ausencia de alimentos, medicinas y por el alto costo de la vida. El Observatorio Venezolano de la Violencia detectó que en enero de 2018 hubo 714 manifestaciones en todo el país, con 714 saqueos o intentos de saqueos. Un promedio de 24 por día y 86% más que las registradas en enero de 2017.
Otro grupo, cada vez más grande opta por migrar. Son los más jóvenes, en su mayoría técnicos y profesionales universitarios. Un estudio reciente de la empresa Consultores 21 reveló que más de 4 millones de personas han salido de Venezuela en tiempos de revolución bolivariana, muy especialmente en los últimos cinco años. El 29 % de las familias tiene a un familiar residiendo fuera del país.
Visiones contrapuestas
Desde Caracas, Metro habló con varios venezolanos sobre los cinco años de la ausencia de Hugo Chávez.
Para Alexander Rondón, vendedor informal de 41 años, “a Chávez se le extraña demasiado. Su carisma, su amor por el pueblo y su liderazgo. Estoy seguro de que si el Comandante estuviese vivo, esta crisis en la economía no estaría tan fuerte. Antes, yo vivía de mi venta de café en la calle; ahora es imposible, todo está muy caro, tengo qué hacer muchas cosas para llevar comida a mi casa”.
Critica abiertamente al gobierno de Nicolás Maduro sin considerarse un traidor de la revolución. “Esta no es la revolución de Chávez sino el desastre de Maduro y su gente. No lo están haciendo bien, no hay comida, no hay remedios (medicinas) y la gente pasa hambre. Con Chávez comíamos. No pienso votar por Maduro pero tampoco por la oposición. Me cuesta pensar que pueda votar por algo distinto al partido del Comandante”, detalló el hombre.
Rondón no lo pensaría dos veces si pudiera salir de Venezuela, pues dice lo haría para “trabajar honradamente y a mandarle dinero a mi niña de dos años. No consigo leche para darle. Cuando Chávez vivía, tuve la oportunidad de viajar a Cuba, a cursos de capacitación y de formación política revolucionaria. Ahora ni eso. Maduro no se preocupa por nadie sino de su grupo y de sus negocios”.
El ingeniero Krysthian León, de 43 años, se define como opositor radical y califica —sin titubear— como un fracaso el sistema comunista. “No servía Chávez y no sirve Maduro por eso la gente está saliendo del país, no hay futuro ni país posible mientras el comunismo esté en el poder”, sostuvo.
Dice que Chávez administró “de muy mala forma” los recursos que ingresaron al país en los 13 años de su mandato. “El legado de Chávez es un país pobre producto de una filosofía comunista y socialista”.
En la Plaza Bolívar de Caracas, Metro habló con Carmen Rosa, una abuela de 78 años quien dice recordar a Chávez todos los días. “Se nos fue muy joven el Comandante. Nadie como él para darle amor al pueblo y atenciones a nosotros los adultos mayores. Gracias a él tengo mi pensión. Yo llevé mucho empujón y muchos baños de agua de la policía cuando salía a la calle a exigir una pensión para mí y para otros adultos mayores. Chávez nos dignificó”.
Dice que dará un voto de confianza a Maduro en las elecciones presidenciales del 22 de abril. “Ese muchacho está haciendo lo imposible para que todos comamos […] Los americanos y la oposición no lo dejan mandar, él se tiene que defender”, afirmó la mujer.
Reconoce que “la economía está mala, todo está muy caro”, y asegura que dentro del oficialismo “hay gente que daña la revolución. No entienden que Maduro está en la presidencia porque Chávez así lo quiso. A mí no me gusta Diosdado Cabello (número dos del gobierno) porque creo que le tiene envidia a Nicolás y le pone trabas al gobierno”.
Unos kilómetros más adelante, Metro habló con Trina Parry, de 82 años. Se define como “la abuela de los chamos de la resistencia” y participaba en una jornada de protesta, al Este de la capital. “No es como las de hace un año en donde había mucha gente; muchos se han ido del país y otros están desencantados de la dirigencia de la oposición pero yo sigo criticando a Maduro y a esa banda de corruptos que lo rodea”.
Expresa que el legado de Chávez es el hambre “que actualmente la gente está pasando. Si el viviera, estaríamos en la misma situación y hasta peor pues fue mal gobernante y todo el dinero que entró se lo regaló a los cubanos”.
ANÁLISIS
Daniel Varnagy
Analista politico
“Después de la muerte de Chávez, esta Venezuela está muy lejos de los ideales de justicia social que quizá alguna vez defendió. Su empeño por quedarse en el poder indefinidamente y su externada avaricia por convertirse en el alma del país convirtió su proyecto en uno totalitario, radical y que da la espalda al segmento más necesitado de la población venezolana.
Maduro fue el elegido por Chávez para seguir desarrollando su proyecto bolivariano a costa de lo que sea. El sucesor así lo cree y defiende, por eso no se permite un remozamiento aunque sea leve de, por ejemplo, políticas económicas.
Para Maduro, la trascendencia es cumplir con el legado de Hugo Chávez por eso se concatena con la dimensión mítica religiosa del difunto”.
Henkel García
Analista financiero
“Durante la gestión de Chávez hubo uso excesivo de los controles de precios y de cambios (de circulación de moneda extranjera) y de importaciones en detrimento del aparato productivo nacional. Hubo una política de gran endeudamiento de la República que heredó Maduro quien ha enfrentado problemas para refinanciar la deuda externa”.
Para García, el legado económico de Chávez fue endeudamiento, baja en la producción de petróleo “y una gran carga de deuda externa (…) quizá el tema de las sanciones económicas de Estados Unidos y el de la hiperinflación eran impensables pero lo que sí era previsible era la crisis económica”.
NÚMEROS
24
manifestaciones diarias (714 en total) se registraron sólo en enero de 2018, según el Observatorio Venezolano de la Violencia. 86% más que las registradas en enero de 2017.
4
millones de personas han salido de Venezuela en tiempos de revolución bolivariana.