Con un modesto cartel de papel, la pequeña Isis Karina, promocionó en abril del año pasado que todos sus juguetes, peluches, muñecas y patines estaban a la venta para solventar los gastos de su operación, en la población de San Estanislao, Arenal, Bolívar.
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Ella necesitaba recursos para curar su vejiga hiperactiva, afección por la cual tenía que usar pañales a sus ocho años de edad. Al tercer mes de nacida le diagnosticaron reflujo vejigouretral (cuando parte de la orina retrocede hacia los riñones).
“Sentía que no me querían operar, me incomodaba que me hacían bullying y no quería usar más paños”, dijo Isis al diario El Universal.
La niña finalmente no tuvo que vender sus juguetes porque luego de una larga batalla jurídica su EPS finalmente encontró una solución médica a su caso.
“Fuimos a Medellín, con gastos particulares, y encontramos al urólogo Juan Carlos Castaño, quien fue el primero en ofrecer una solución definitiva para el problema de Isis, algo que la ilusionó pero que también la desesperó más”, contó Jeiky Ruiz, madre de la menor.
En enero de este año le instalaron un estimulador externo, como prueba para ver cómo reaccionaba su cuerpo y el viernes 17 de febrero le hicieron la operación definitiva.
A la niña le instalaron un complejo dispositivo que consiste en la inserción de un cable fino cerca de los nervios que controlan la vejiga y es conectado a un estimulador externo que daba impulsos eléctricos suaves a los nervios.
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Luego le implantaron el neuroestimulador debajo de la piel. Este funciona de forma continua y en el caso de Isis debe funcionar hasta que cumpla 18 años.
En este video publicado por El Universal la pequeña contó su historia.