Uno de los casos judiciales más importantes del momento es el de la muerte de la hija del general retirado, Fabricio Cabrera, María Andrea Cabrera. La muerte de la joven se dio el pasado 4 de febrero en el norte de Bogotá, en un reconocido bar.
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Muchos han atinado en asegurar que el caso se parece al de Andrés Colmenares que falleció luego de una noche de fiesta hace más de siete años, celebrada en Halloween y uno de los puntos que le atinan a asegurar que el caso es de la misma magnitud, es que los abogados y defensores son los mismos, en los mismos bandos.
Mario Iguarán, el exfiscal representa hoy a uno de los principales sospechosos en el caso de María Andrea Cabrera, Jaime Esparza que está involucrado en la muerte de la joven tras unas revelaciones de audios de WhatsApp, en donde se indica que intentó besarla a la fuerza, ocho días antes de los sucesos.
El encargado de la defensa de Esparza fue el defensor de uno de los que por mucho tiempo fue sospechoso en el caso del asesinato de Luis Andrés Colmenares, Carlos Cárdenas que alcanzó a pasar por la cárcel, y a quien por momentos de la investigación le endilgaron haber golpeado a Colmenares por un lío de faldas.
En la otra esquina, está Jaime Granados, el famoso abogado que representó los intereses de Laura Moreno, hoy defiende a la familia de María Andrea y ya denunció que a la hija de sus defendidos, la asesinaron y fueron los jóvenes que estuvieron con ella, la fatídica noche de inicios de febrero.
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