Los bienes de Vaneza Peláez y su exesposo, Sebastián Murillo, capturado por ser un posible capo de la Oficina de Envigado, están en la mira de las autoridades.
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La Fiscalía busca saber de dónde provienen esos bienes y si tienen alguna relación con la organización ilegal.
Ya han encontrado varias cosas. Lo primero es que a nombre de Sebastián Murillo no hay nada antes de su relación con la presentadora y modelo Vaneza Peláez. Lo otro es que muchos de los precios de los bienes fueron pactados muy por debajo del precio de la zona.
Uno de sus bienes es el pent-house donde Murillo fue arrestado. Ese apartamento está ubicado en El Poblado de Medellín y tiene un espacio de 335 metros cuadrados.
Dice El Espectador en una publicación que “el edificio se terminó de construir hacia 1997 y, desde 2002 hasta 2008, dos empresas fueron sus dueñas. En noviembre de ese último año lo compró una mujer llamada Adalgiza Cárdenas Gil, por $284 millones. En septiembre de 2009, ella se lo traspasó a un hombre llamado Alejandro Ruiz Ríos, por $300 millones”.
Para el 2014, después de varios líos por irregularidades, el apartamento fue embargado y en 2015 Murillo y la modelo lo compraron. Pero, solo pagaron “521,00” (SIC).
La pareja tiene en total 10 propiedades y la modelo unas tres más, todas en Antioquia.
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En Santa Fe de Antioquia pareja compró una finca en la que tienen, entre muchas otras cosas, aves exóticas, como unas guacamayas.
El primer apartamento que compraron fue en 2010, dos años antes de su matrimonio. Tiene 118 metros cuadrados y lo compraron en 228 millones de pesos. Este bien fue embargado en 2013 como medida cautelar contra Murillo. Dos años después le levantaron el embargo y al poco tiempo fue vendido a una mujer por “247,00”.
Otros bienes y las propiedades de sus familiares también están siendo investigadas.
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