En su primer día de actividades en Chile, durante un encuentro con la presidenta Michele Bachelet, el Papa Francisco pidió perdón por los abusos sexuales de religiosos a niños en Chile.
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El papa también dijo que apoyaba a las víctimas y que la Iglesia debe esforzarse para que los abusos no se vuelvan a repetir.
La agenda del papa en Chile contempla los problemas de los indígenas mapuches chilenos y los inmigrantes, pero el incómodo tema se coló entre sus actividades.La semana pasada, AP reveló que Francisco había sido advertido de los inconvenientes de nombrar como obispo de la diócesis sureña de Osorno al obispo Juan Barros.
Barros fue formado por el sacerdote Fernando Karadima, el mayor pedófilo de la iglesia católica chilena conocido hasta ahora. En su discurso Francisco no nombró a Karadima, quien fue castigado por la moderna inquisición a una vida de oración, mientras es cuidado por un grupo de religiosas, pero fue absuelto en un juicio criminal sólo porque los delitos habían prescrito.