El papa Francisco criticó hoy las guerras y demás ofensas a la vida que «causan múltiples formas de degradación humana, social y ambiental», durante una ceremonia celebrada en la basílica de San Pedro del Vaticano.
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«Las guerras son el signo flagrante de este orgullo reincidente y absurdo. Pero también lo son todas las pequeñas y grandes ofensas a la vida, a la verdad, a la fraternidad, que causan múltiples formas de degradación humana, social y ambiental», dijo el papa durante su homilía.
El papa Francisco presidió hoy las primeras vísperas de la Solemnidad de María Santísima Madre de Dios, un acto solemne en el que se entonó el «Te Deum» de acción de gracias por el año que termina.
Comenzó su homilía condenando las «obras de muerte» que hieren el mundo e hizo un llamamiento para que el ser humano asuma su responsabilidad en todas ellas.
No obstante, el pontífice también tuvo palabras de «simpatía y gratitud», y citó especialmente a las personas a las que llamó «artesanas del bien común», aquellas que realizan cada día «pequeños pero preciosos gestos concretos» que ayudan a favorecer la convivencia.
En esta línea, citó a «los padres, maestros y todos los educadores» que forman «a los niños y jóvenes en un sentido cívico, en una ética de responsabilidad» y que les inculcan un interés profundo por «la realidad que los rodea».
Francisco también elogió a aquellos que con su comportamiento expresan a diario su amor por su ciudad, que conducen «con sabiduría y prudencia, respetan los lugares públicos, señalan las cosas que no funcionan y prestan atención a las personas mayores o en dificultad».