Una ola de aire polar está causando estragos en casi todo Canadá, con temperaturas inferiores a los 30 grados bajo cero en las zonas centrales del país, lo que ha obligado a las principales ciudades a recortar sus tradicionales fiestas de Año Nuevo.
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El final de 2017 y la entrada de 2018 tenían un significado especial en Canadá al marcar el fin del 150 aniversario de la fundación del país por lo que las principales ciudades canadienses habían programado celebraciones especiales para el último día del año.
Pero la ola de aire polar que mantiene a la totalidad del país en condiciones de frío extremo ha obligado a ciudades como Toronto, Ottawa, Montreal o Calgary a alterar sus planes, cancelando algunos de los eventos previstos para la noche del 31 de diciembre y acortar las tradicionales fiestas de Año Nuevo.
Ottawa es la más afectada por las cancelaciones. Los termómetros de la ciudad marcaban -20 grados centígrados a mediodía del sábado. Pero contando el efecto viento, que puede reducir la temperatura corporal de forma drástica por la disipación del calor, la sensación térmica era de -29 grados centígrados.
Para la noche del 31 de diciembre, los meteorólogos prevén que el termómetro se situará en -28 grados centígrados pero el efecto viento rebajará la temperatura corporal a -39 grados, lo suficiente para causar la congelación en minutos de las partes expuestas de la piel.
Por ello, los organizadores de la fiesta de fin de año de Ottawa han cancelado la gran fiesta, «Canadá 150», que tenían planeada frente a la sede del Parlamento y en el que había previsto varios números musicales.
Las autoridades también están recordando a los turistas que están visitando la capital canadiense que se protejan especialmente por la noche para evitar congelaciones.
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En Toronto, aunque las temperaturas no son tan extremas como en Ottawa, las autoridades municipales también han decidido alterar sus planes para la noche del 31 de diciembre debido a las bajas temperaturas que están rompiendo los récords históricos para estas fechas.
Aunque hoy la mayoría de las ciudades canadienses están disfrutando de la «calidez» de 9 grados bajo cero, tras haber experimentado durante toda la semana temperaturas que llegaron a -20 grados centígrados, la llegada en las próximas horas de un nuevo frente helado anticipa una rápida bajada de las temperaturas.
El instituto meteorológico de Canadá, advirtió hoy que la máxima para el domingo en Toronto será -16 grados centígrados. La mínima para la noche del 31 de diciembre será -23 grados, una cifra récord tras los -21,1 grados de 1899, que con el efecto viento se sentirá como -30 grados.
Para evitar problemas, las autoridades municipales han advertido que «están tomando todas medidas para proteger la salud y la seguridad del público, los artistas, los voluntarios y los trabajadores», por lo que ha cancelado algunas de las actividades previstas.
Toronto también ha decidido que la hora oficial de inicio de la fiesta de Fin de Año sea las 11.30 de la noche, para recortar el tiempo que el público pasará a la intemperie en la plaza Nathan Phillips, donde tradicionalmente se despide al año saliente y se recibe al nuevo año.
La ciudad mantiene de momento actuaciones musicales, la tradicional cuenta atrás y los fuegos artificiales. Pero los organizadores advirtieron que seguirá «vigilando las condiciones meteorológicas» y si es necesario, están dispuestos a cancelar totalmente los eventos en caso de que las temperaturas se sitúen por debajo de los -20.
Calgary, Montreal y la ciudad de Quebec también están sufriendo condiciones de frío extremo, con el termómetro marcando temperaturas de -25 grados. Estas ciudades, más acostumbradas a condiciones extremas, han señalado que no cambiarán sus planes de Fin de Año a pesar que prevén para el domingo temperaturas cercanas a los -40 grados.
Este año, incluso en la costa del Pacífico canadiense, tradicionalmente más cálida que el centro o este del país, las condiciones meteorológicas están dificultando las celebraciones.
Miles de personas amanecieron hoy sin electricidad en sus hogares en el centro de la provincia de Columbia Británica debido a una tormenta de hielo que derribo árboles y colapsó postes de la electricidad en la región.