Gabriel Fernández, un pequeño que vivía un vida feliz en compañía de sus abuelos, fue llevado por su madre, Cinthia Fernández a vivir con ella y con su esposo, el guarda de seguridad Isauro Aguirre, de 1.90 centímetros de estatura y de 122 kilos que lo asesinó brutalmente.
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Conmoción ha causado este caso en Los Ángeles, Estados Unidos, por el nivel se sevicia y de tortura tan grave al que fue expuesto el menor que falleció dos días después de que autoridades policiales lo encontraran destrozado, literalmente.
El hombre de 29 años habría roto su cráneo, sus costillas y lo habría quemado en varias partes de su cuerpo, luego de empezar a sospechar que el menor era homosexual, supuestamente. El caso no es reciente, ocurrió en 2013, pero ahora cobra relevancia porque el hombre podría enfrentar la pena de muerte por el infanticidio.
La madre del menor también está involucrada en los nefastos hechos que le quitaron la vida al pequeño Gabriel.