Cuando se pregunta por el departamento más abandonado por el Gobierno la gente piensa en Chocó o en La Guajira. Pero esta vez es en Nariño donde están padeciendo el olvido del Estado.
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No quiere decir que anteriormente haya sido diferente, pero después de una aparente calma en las zonas más convulsionadas por el conflicto armado, la violencia volvió a estallar.
¿Qué pasa? Se preguntan. Pero, desde la capital del país, desde el lugar donde se concentran los poderes, parece que nada pasara.
“¡Basta ya! El pueblo de Nariño exige paz. No podemos volver al país del pasado. Es infame que en Tumaco el precio de la paz sea este”, dijo el gobernador de Nariño, Camilo Romero, después de que en los últimos 15 días masacraran a siete campesinos, asesinaran a un líder comunitario, a dos indígenas de la comunidad Awa y a seis desmovilizados de las Farc que habían salido de la zona de reincorporación para visitar a sus familias.
Una comisión humanitaria, acompañada de periodistas, también fue hostigada y José Jair Cortés, el líder comunitario asesinado, había denunciado amenazas de muertes ante el vicepresidente Óscar Naranjo. Incluso, se lo contó al senador Roy Barreras. A ellos les dijo que los líderes de los consejos comunitarios se desplazaron a Tumaco por represalias de grupos armados que están en contra de la sustitución de cultivos.
Según la Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), en Tumaco se registran las cifras más altas de homicidios y desplazamientos.
Desde el 6 de octubre empezaron a registrarse enfrentamientos entre varios grupos armados, en el casco de Tumaco. Dichas acciones han causado, a la fecha según OCHA, el desplazamiento masivo de al menos 1500 personas afrocolombianas.
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Estos enfrentamientos estarían dándose por el control territorial entre dos bandas y la alianza entre otros grupos, conformados por disidentes de las Farc y narcotraficantes.
¿Qué dice el Gobierno?
Después de la tibia respuesta del ministro de Defensa, Luis Carlos Villegas, quien afirmó que “es altamente probable que asesinato de Jair Cortés sea de alias ‘Guacho’ y alias ‘Cachi’”, quienes son disidentes de las Farc, y que “hay una investigación que está en curso y en manos de 70 de los más expertos profesionales de la Fiscalía General de la Nación” con la que se espera que “prontamente lleguen a unas conclusiones”, el presidente Juan Manuel Santos convocó una reunión para hoy con el Consejo Nacional de Garantías de Seguridad con el fin de analizar la violencia que afecta la seguridad de líderes sociales. Dicha comisión se creó desde febrero como parte de la implementación del acuerdo de paz con las Farc, pero hasta el momento los resultados han sido casi nulos.
Cuatro hechos violentos en Nariño:
Masacre de campesinos
Fue en Tumaco donde el pasado 5 octubre fueron asesinados siete campesinos cocaleros en un hecho que es investigado por las autoridades debido a que el Ejército acusó a las disidencias de las Farc y la comunidad denunció que los responsables eran las Fuerzas Militares.
Asesinato de un líder
Después de 12 días de la masacre en Tumaco, un líder comunitario en Nariño fue asesinado este martes. Se trata de José Jair Cortés, miembro del Consejo Comunitario de Alto Mira y Frontera, quien había ante el Gobierno amenazas de muerte.
Crimen de exguerrilleros
Las Farc denunciaron el asesinato de seis desmovilizados de la guerrilla, quienes permanecían en el espacio de reincorporación ubicado en Isupí, en el municipio de El Charco, en Nariño. Ellos salieron de la zona el pasado domingo a visitar a su familia cuando ocurrió el crimen, perpetrado por una banda criminal.
Indígenas Awa muertos
La Unidad Indígena del pueblo Awá indicó que dos miembros de la comunidad fueron asesinados por hombres que se movilizaban en una camioneta. El hecho ocurrió en la misma zona donde horas antes habían atentado contra el líder José Jair Cortés.
