Luego de la conmoción que causó la muerte de una joven de 19 años que fue encontrada en un congelador en un hotel de Chicago, Estados Unidos, los resultados de los médicos forenses aseguraron que no se trató de un asesinato, sino de un cruel accidente, que involucra el consumo de una droga legal para evitar ataques epilépticos.
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Kenneka Jenkins habría estado tomando topiramato, un medicamento para prevenir ataques de epilepsia y migraña y lo habría mezclado con alcohol, tras los resultados que arrojaron los exámenes de su sangre, lo cual habría exacerbado el efecto del frío del congelador, lo cual deduce que la mujer murió de hipotermia acelerada por los efectos de los medicamentos.
Las sustancias también le habrían provocado «deficiencia de memoria, concentración y coordinación, así como confusión«, reza el informe, por lo que no se sabe si la mujer fue quien se metió al interior del congelador en un estado de conciencia alterada, por el coctel de fármacos y licor.
Y es que el caso causo revuelo, luego de que Kenneka desapareciera de una fiesta que celebrara con otras 30 personas en Crowne Plaza Chicago O’Hare, el pasado 9 de septiembre y luego de que se revelaran las grabaciones de las cámaras de seguridad en donde se ve cómo la mujer se dirige a la zona de las cocinas, al área de los congeladores, donde fue encontrada muerta, 21 horas después.
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