Según las leyes de Murphy “si algo puede salir mal, probablemente saldrá mal” y eso se aplica completamente en este caso, donde un hombre iba a pedir la mano de su novia, pero no salió como esperaba.
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Todo ocurrió hace un par de días cuando Seth Dixon pensaba hacerle la pregunta más importante de su vida a su pareja: si quería ser su esposa. Buscó el lugar más romántico en Kansas City y contrató a una fotógrafa para que grabara de manera profesional el momento.
Hasta ahí todo iba bien, la pareja se miró a los ojos, él se arrodilló, le hizo la pregunta y saco una pequeña cajita negra donde estaba el anillo de diamantes que le había costado 3 mil dólares. Pero al abrirla, el anillo salió volando y cayó por las ranuras del puente de madera elegido para la propuesta.
Seth ni siquiera alcanzó a proponerle a su novia que se casara con él cuando su cara se desfiguró tratando de entender que había pasado.
Tras los nervios iniciales, los amigos de la pareja que se encontraban escondidos a la espera de la respuesta de la novia, aparecieron de a poco y decidieron lanzarse al agua para tratar de rescatar la joya y pese al esfuerzo, no pudieron.
Pero nadie se quedó conforme y un día después regresaron, acompañados por la fotografía y un detector de metales para registrar el fondo del río donde cayó el anillo para tratar de recuperarlo, pero tampoco lo encontraron.
Al tercer día de intentos y esta vez con un contingente mayor, lo volvieron a intentar y al menos 25 personas se lanzaron al agua para buscar el diamante ante la mirada perdida del novio que veía cómo la pieza por la que aún está endeudado no quería aparecer.
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Toda la búsqueda fue registrada por la misma fotógrafa que había contratado para la petición, quien posteriormente compartió los registros en su cuenta de Facebook, donde la historia se transformó en viral.
Entre las burlas de algunas personas en las redes, otras decidieron ayudar al apenado novio y abrieron una colecta en el sitio ‘GoFundMe’ para comprar un anillo nuevo, y hasta el momento ya llevan recaudados 260 dólares para una nueva joya.