Después de cinco días de un emotivo encuentro con los colombianos, durante una visita que recorrió cuatro ciudades, el papa Francisco se despidió de nuestro país, reiterando su mensaje de paz y reconciliación.
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En Cartagena, su última parada en Colombia, la misa de Francisco emocionó a los asistentes al evento que vieron bajar virtualmente desde el cielo a un helicóptero que transportó al sumo pontífice hasta las bodegas de Contecar, zona portuaria de ‘la Ciudad Amurallada’.
Allí se reunieron más 280.000 personas que cantaron y aclamaron a Francisco en su visita a La Heroica. La ciudad se llenó de visitantes y delegaciones que vinieron desde diversos países. «Venimos desde Venezuela y somos una comunidad grande que estamos agradecidos por el mensaje que el papa nos envió esta mañana. Soñamos que pueda algún día visitarnos en nuestro país», explicó Jorge Miranda, de la delegación venezolana a PUBLIMETRO.
Igualmente vinieron peregrinos de países centroamericanos. «Estamos en la misa en representación de México y nunca nos perdemos las visitas de Francisco a Latinoamérica. Aquí estamos con nuestra Virgen de Guadalupe para que nos siga bendiciendo», comentó Agustín Castro portando la bandera mexicana.
Francisco dedicó su homilía a las víctimas del conflicto armado. «Demos la posibilidad a las víctimas de conocer la verdad, el daño sea convenientemente reparado y haya acciones claras para evitar que se repitan esos crímenes” .
El Papa clamó por la recuperación de la paz en el país y la sanación del dolor causado. “Heridas terribles que pude contemplar en sus propios cuerpos; pérdidas irreparables que todavía se siguen llorando, sin embargo han salido, han dado el primer paso en un camino distinto a los ya recorridos”, dijo.
Recalcó la importancia de humanizar nuestras acciones y de pensar en las personas primero. “Hemos aprendido que estos caminos de pacificación, de primacía de la razón sobre la venganza, de delicada armonía entre la política y el derecho, no pueden obviar los procesos de la gente”, añadió el papa latinoamericano.
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Llamó la atención sobre que no basta con normas o arreglos entre grupos políticos o económicos. “Jesús encuentra la solución al daño realizado en el encuentro personal entre las partes”, sostuvo.
Dijo que es necesario un cambio en la humanidad para que renazca la esperanza. “A nosotros se nos exige generar “desde abajo” un cambio cultural: a la cultura de la muerte, de la violencia, respondemos con la cultura de la vida, del encuentro cultural”, expresó.
El Sumo Pontífice volvió a retomar palabras del escritor colombiano Gabriel García Márquez, en un mensaje de paz en 1998, para referirse al cambio que se tiene que generar. “Este desastre cultural no se remedia ni con plomo ni con plata, sino con una educación para la paz, construida con amor sobre los escombros de un país enardecido donde nos levantamos temprano para seguirnos matándonos los unos a los otros… una legítima revolución de paz que canalice hacia la vida la inmensa energía creadora que durante casi dos siglos hemos usado para destruirnos y que reivindique y enaltezca el predominio de la imaginación”.
El Papa Francisco escogió Cartagena, por su protagonismo, como sede desde hace 32 años de los Derechos Humanos ha sido una ciudad, por eso fue hasta el Santuario de San Pedro Claver.
Y el mensaje fue contundente: “No hay nadie lo suficientemente perdido que no merezca nuestra solicitud, nuestra cercanía y nuestro perdón. Desde esta perspectiva, se entiende entonces que una falta, un pecado cometido por uno, nos interpele a todos pero involucra, en primer lugar, a la víctima del pecado del hermano; ese está llamado a tomar la iniciativa para que quien lo dañó no se pierda”.
Volvió a hacer un llamado, como lo hizo en la Jornada mundial de la paz, para quienes viven despreciando las leyes morales, devastan los recursos naturales y contaminan.También con quienes trafican, especulan con el dinero, por los sistemas económicos que llevan a la pobreza a la gente, en la prostitución de miles de jóvenes, por las víctimas inocentes de la trata de persona y por aquello que atente contra el hombre.
Clamó a los colombianos a asumir el compromiso con la historia en la defensa de los derechos humanos.
“Recemos juntos; que nuestra oración sea sinfónica, con matices personales, distintas acentuaciones, pero que alce de modo conjunto un mismo clamor. Estoy seguro de que hoy rezamos juntos por el rescate de aquellos que estuvieron errados y no por su destrucción, por la justicia y no la venganza, por la reparación en la verdad y no el olvido. Rezamos para cumplir con el lema de esta visita: “¡Demos el primer paso!”, y que este primer paso sea en una dirección común”, concluyó Francisco.