El papa Francisco salió hoy de la Nunciatura Apostólica en Bogotá con dirección a la base militar de Catam donde tomará un avión con destino a Villavicencio, ciudad en la que oficiará una misa campal y encabezará actos de perdón y reconciliación con víctimas del conflicto armado.
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El pontífice, al que se veía dispuesto después de las muestras de cansancio de ayer, conversó animado con miembros de la Policía colombiana encargados de su seguridad y con algunos fieles que lo esperaban en la puerta de la sede diplomática.
Francisco bendijo y abrazó a algunos niños antes de abordar un vehículo cerrado, pero a diferencia de lo ocurrido la víspera, no ocupó el asiento trasero sino el delantero, al lado del conductor.
Un público inferior en número al de los dos días anteriores se asoma a la avenida El Dorado, por donde avanza la comitiva, para saludar a Francisco.
En la base de Catam el papa recibirá un saludo del obispo castrense de Colombia, Fabio Suescún Mutis, y luego tomará un avión de la compañía Avianca que lo transportará a Villavicencio.
