Luego de saturarnos con noticias de las Farc y cómo avanza la instauración de su partido político, de su entrada a la vida civil del país, un reto fue planteado por el Gobierno, que bien o mal, logró nuevamente, como quien pasa de nivel en un videojuego. Cese bilateral con el Eln: logro desbloqueado.
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Ayer, muy temprano en la mañana, una alocución presidencial informó sobre lo que esperabamos como colombianos, cesar al combate con el Ejército de Liberación Nacional, con uno de los grupos que opacan la sensación de una paz completa y totalmente alzanzada por los colombianos.
La sonrisa no es completa, en medio de las negociaciones, solo se alcanzó un cese al fuego bilateral que será temporal: no será definitivo, pero según el presidente Juan Manuel Santos, serán 102 días de “calma” en los que no seremos atacados, ni serán atacados.
La justificación perfecta pareciera ser la visita del papa Francisco, que aunque suene curioso para las nuevas generaciones, es lo que más ha influído, o el pretexto perfecto del Gobierno para lograr un trato que no dista de ser histórico. En las bases de la guerrilla, uno de los pilares fue la fuerte creencia en el catolicismo.
Sin embargo, no estará establecido para esta semana en la que el sumo pontífice estará visitando el país.
Todo comenzará a regir desdel 1 de octubre, poco menos de un mes, y que se extenderá hasta el 12 de enero. Es como si la guerra para por instantes, por meses y volviera a comenzar ese día.
Lo que para los no creyentes y opositores es un burla en cuanto a que piden siga el hostigamiento militar, para otros es un gesto de avance que demuestra que sí se está realizando la mesa de negociaciones que los medios anunciamos cada tanto.
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El paso, el primer paso, recuerda a los gestos que tuvieron Gobierno y las Farc, hace apenas cuatro años, cuando se decidió negociar en medio de la tranquilidad del silencia de un fusil no disparado.
Ayer, en Quito, ciudad que ha sido el anfitrión de las delegaciones del Gobierno y de la delegación del grupo armado que ha sido un “hueso duro de roer”, pues mientras se piensa en la posibilidad de llegar a acuerdos, los hostigamientos a la población civil y los ataques a los oleoductos no cesaron, pero lo logrado por el equipo de Juan Camilo Restrepo es hazaña, en medio de la desconfianza en las conversaciones.
Y es que en palabras de Restrepo, que suenan a un mini triunfo, “este es un hecho de marcada significación histórica: es el primer acuerdo de esta naturaleza que firma el Gobierno Nacional con esta guerrilla en más de 50 años”.
Con el acuerdo, “no se ha pactado solamente un silenciamiento de fusiles; se ha pactado también la suspensión de hostilidades durante la vigencia del cese al fuego”, apunta Restrepo. Y es que dentro del compromiso también serán suspendidos los secuestros, los atentados en contra de los oleductos y un punto importante, tampoco elistarán a menores.
Si cumplen lo acordado, los colombianos podrían estar tranquilos, porque el grupo no instalará minas antipersonales que de cualquier manera puedan poner en peligro la integridad de la población civil.
El Gobierno, también pondrá de su parte. Se robustecerá el sistema de alertas tempranas para proteger a líderes sociales. Además, se compromete a crear un programa humanitario que ayude a mejorar la situación de los presos del Eln.
Este es “el primer gran paso hacia la paz” con el grupo guerrillero s y expresó su esperanza de que el de hoy sea el “primer paso” que siga un rumbo que lleve a los diálogos “a buen puerto”.
De su lado, Pablo Beltrán, representante del Eln, destacó que el hecho de que hoy estén presentando el “Acuerdo de Quito”, es una “muestra de que sí podemos cambiar”.
Por ahora, debemos esperar para la tregua y disfrutarlo. ¿El papel del Gobierno? Prolongarlo para que no sea temporal, sino, de una vez y para todas, ¡definitivo!.