Son cerca de 350.000 venezolanos los que actualmente están radicados en Colombia, sin contar los miles que a diario cruzan las fronteras para abastecerse de alimentos, medicina, para ir al trabajo o llevar a sus hijos al colegio.
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La crisis que atraviesa el vecino país, producto de la escasez de alimentos, medicinas y del aumento de la violencia, ha provocado la migración de sus ciudadanos. Pero no solo eso. Los miles de colombianos que hace más de dos décadas se radicaron Venezuela ahora están regresando junto con su familia.
Este fenómeno ha causado que en las calles se comente que nuestro país “está lleno de venezolanos” y que, tal vez, no estamos preparados para afrontar las consecuencias de esta migración.
Lo cierto es que la política de Colombia ha sido siempre la de abrirle las puertas a todos los venezolanos y demás extranjeros que deseen hacer de esta nación su hogar.
“Históricamente la migración ha sido contraria. Hace unos años eran más de 1 millón los colombianos viviendo en Venezuela”, manifestó Christian Krüger Sarmiento, director general de Migración Colombia.
Precisamente, la cabeza de esta entidad ha explicado que, si bien es cierto que hay una presencia importante de venezolanos en nuestro país y que, de hecho, son la principal nacionalidad extranjera radicada en Colombia, no se puede afirmar que haya una migración desmedida en los últimos días, debido a que las cifras oficiales demuestran que se ha mantenido el promedio.
De igual manera, Krüger aclaró que hay varios tipos de migración de venezolanos. La de destino, en la que tienen como finalidad radicarse en Colombia; la migración de retorno, en la que son colombianos que hace muchos años se fueron a Venezuela y ahora regresaron con sus hijos y esposos venezolanos, y la de tránsito, en la que se ubican los ciudadanos que a diario circulan por las zonas fronterizas o que llegan a Colombia de paso para llegar a otros países.
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Cifras
Según Migración Colombia, los cerca de 350.000 venezolanos que están en Colombia están clasificados de la siguiente manera:
Se estima que del total solo hay 50.000 personas que cuentan con algún tipo de visa que ofrece la Cancillería colombiana.
Los otros son venezolanos que ingresaron de manera formal al territorio, pasando por alguno de los siete puntos fronterizos, y que han superado el tiempo de permanencia. En total son 150.000.
Y, quienes son migrantes ilegales, que usaron trochas para llegar a nuestro territorio, y que se estiman entre 100.000 y 140.000.
Impacto en Colombia
Aunque ya han asegurado que el tal “éxodo de venezolanos” no existió, no se puede negar que la percepción en las calles es diferente.
Tampoco se puede negar que la llegada masiva de extranjeros obligará al Estado a cambiar sus dinámicas y a reforzar los puntos en los que hay debilidades, como en la seguridad, educación y empleo.
Basta con mirar en detalle lo que sucede en cada ciudad principal para imaginar el panorama nacional.
Por ejemplo, en algunas ciudades se ha disparado el trabajo sexual de mujeres indocumentadas. Como en Cali, donde cerca de 200 mujeres se han formalizado en este oficio, aunque se estima que la cifra puede aumentar.
Sobre estas debilidades, el presidente ejecutivo de la Cámara de Comercio de Cúcuta, Carlos Romero dijo en medio de un debate en la Universidad Javeriana que Colombia no está preparada para afrontar las consecuencias de la crisis venezolana.
“El Norte de Santander y específicamente Cúcuta tiene unos indicadores históricos. Es el doble de la tasa de desempleo en el país y la dependencia económica de Venezuela históricamente, por ser un mercado que atendíamos desde la frontera, se vio afectada con el cierre de ese intercambio”, dijo el director, quien recordó que Cúcuta volvió a ser una de las 50 ciudades más peligrosas del mundo.
Por eso aseguró que en el país “tiene que haber un redireccionamiento de diferentes entidades debido a que el Estado no está en capacidad para comprometerse con la atención de alimentación, de educación y de alojamiento tanto para los colombianos que llegan como para los venezolanos”. Y agregó: “Esto no es un problema solo de Cúcuta, sino de todo el país”.
Estos y otros motivos están llevando a los ciudadanos y las organizaciones a pedirle al Gobierno fortalecer las medidas y crear políticas de fondo que generen empleo a locales y extranjeros, para evitar una explotación laboral, para evitar que sigan subiendo los índices de violencia, para frenar el trabajo sexual y para hacer de Colombia un país aún más amable para los colombianos y venezolanos.