En un artículo de opinión publicado en El Espectador, Rodrigo Uprimny aborda el debate sobre la calumnia de Álvaro Uribe contra Daniel Samper desde el punto de vista constitucional, enfoque que muy poco había sido tocado, hasta ahora.
PUBLICIDAD
Según Uprimny, “el punto fundamental es distinguir entre la sátira política, que es un discurso especialmente protegido en las democracias, y la calumnia o la injuria, que son expresiones no protegidas y que pueden ser sancionadas”.
Es decir, que la calumnia o la injuria es un delito que puede ser sancionado penalmente, mientras que la sátira es “una expresión de opiniones y no de hechos, por lo cual la sátira, que tiende a la exageración y a la caricatura, no tiene el deber de ser veraz o imparcial, como ocurre con la libertad de información”.
El columnista también aclaró que Samper, como periodista y humorista político, está protegido por la Constitución, mientras que Uribe, “un político con poder”, recurrió a un “discurso prohibido (la calumnia) para atacar un discurso especialmente protegido en la democracia (la sátira)”.