George A. Romero, el maestro del cine de terror de serie B y padre de las películas de zombis gracias a la creación de la saga «Night of the Living Dead», ha muerto a los 77 años, informó hoy el diario Los Angeles Times.
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Romero, de padre cubano, falleció hoy mientras dormía tras una «corta pero agresiva batalla contra el cáncer de pulmón», indicó Peter Grunwald, productor del cineasta, en un comunicado dirigido al periódico.
El mítico realizador, según precisó Grunwald, murió mientras escuchaba la banda sonora de una de sus películas favoritas, «The Quiet Man» (1952), acompañado por su esposa, Suzanne Desrocher, y su hija, Tina.
Romero fue quien dio origen al género zombi, tan en boga hoy día gracias a la serie «The Walking Dead», como coguionista y director de «Night of the Living Dead» (1968), una obra casi documental en blanco y negro que influyó notoriamente en el posterior cine de ese género.
Rodada en Pittsburgh con un presupuesto de 114.000 dólares, ese filme sobre un grupo de personas acorraladas por zombis en una granja de Pensilvania recaudó 30 millones y se convirtió en un clásico de culto con el paso de los años, especialmente por su mensaje contra el capitalismo durante la era de la contracultura.
Además, «Night of the Living Dead» se distingue por ser una de las escasas películas de aquella época con un actor afroamericano (Duane Jones) como protagonista.
Tras aquel filme, que mostró el camino a otros cineastas de su generación en su búsqueda de proyectos ilusionantes sin grandes presupuestos, Romero rodó las secuelas «Dawn of the Dead» (1978), «Day of the Dead» (1985), «Land of the Dead» (2005), «Diary of the Dead» (2007) y «Survival of the Dead» (2009).
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A Romero siempre le gustaba recordar que, aunque los muertos vivientes vayan siempre relacionados con su nombre, en realidad él escribe «historias humanas».
«Si te fijas bien los zombis son siempre circunstanciales en mis trabajos. Lo importante son siempre las personas y cómo responden a situaciones a su alrededor», declaraba el realizador en 2010 durante una charla con Efe.
«Pero jamás me dejarán rodar otro tipo de historias. El dinero manda», agregó.