A países de Europa, en Estados Unidos y algunos países en Asia, comercializaban los videos de las violaciones y abusos que cometían con menores de edad, que según los investigadores, muchas veces eran bebés de menos de seis meses.
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La Interpol se unió a la Policía Nacional para dar con el paradero de los depravados que comercializaban la pornografía, vía redes sociales como Facebook y WhatsApp y que recibían material de varias regiones del país, de hombres que violaban a bebés y que eran mucho más caros.
La banda funcionaba en el sur de Bogotá, allí era su centro de operaciones y de donde salían los videos directamente a países de Europa como Alemania, España, Portugal. También comercializaban las piezas gráficas a Estados Unidos.
Cerca de 120 criminales fueron apresados en más de 23 países. Las autoridades alertan a los padres, porque muchos de los videos eran de menores que voluntariamente realizaban actos sexuales frente a una cámara, así que les pidieron que conservaran el cuidado de las redes sociales de los menores y sus horas de acceso a internet.