¿Sí se lanza como opción de los liberales?
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Sí, soy precandidato y lo que estamos buscando es que dentro del Partido Liberal haya una consulta popular que permita que sean los ciudadanos los que tomen la decisión y que se genere un proceso de renovación en el partido. Los liberales han perdido su vocación de poder por su incapacidad de renovación.
¿Por qué ahora?
Durante muchos años he venido preparándome, formándome. Estuve tres periodos en el Congreso de la República y esos 12 años, que se cumplen en 2018, para mí han sido muy importantes porque he podido crear muchos proyectos de ley que se han convertido en leyes; varios debates de control político y hay una coyuntura, que en Colombia es muy importante, y es cómo nos quieren encasillar en un reduccionismo entre el ‘sí’ y el ‘no’, entre los que estamos como amigos y enemigos de la paz, pero todos los problemas que viven los colombianos están al margen de ese debate.
Lo importante es cómo vamos a construir un país de oportunidades.
¿Cómo construir ese país de oportunidades ?
Para eso necesitamos construir igualdad, porque somos uno de los países más desiguales del mundo. Nuestros indicadores Gini, en todo sentido, nos muestran como un país muy injusto socialmente en su organización. Entonces, los dos grandes enemigos que tiene Colombia para construir ese país que queremos es el clientelismo como sistema de relacionamiento político entre los ciudadanos y el Estado, entre los políticos y el Estado, entre los políticos y los ciudadanos que encuentran como caldo de cultivo la corrupción. Por otro lado, el narcotráfico, que sigue siendo un problema endémico de nuestra democracia, de nuestra economía, que tenemos que derrotar si queremos tener la posibilidad de dedicar más energías en la construcción de igualdad.
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¿Podemos decir que esos son sus propósitos como presidente?
Sí. Buscar cumplir con el acuerdo de paz, llevarlo a la práctica, pero para beneficio de los colombianos y no de los guerrilleros, sobre todo para las víctimas y los más pobres de Colombia. Combatir el clientelismo y eliminar el narcotráfico.
¿Y qué papel cumple su hermano Carlos Fernando Galán, que hoy milita en Cambio Radical y quien muy seguramente le hará campaña a Germán Vargas Lleras?
Carlos Fernando tiene su pertenencia y su militancia en Cambio Radical y tiene que ser disciplinado en ese sentido, pero por encima de eso está nuestra relación de hermanos, nosotros hablamos mucho, analizamos las cosas, consultamos y tomamos decisiones juntos, y en ese sentido, los valores y los principios que aprendimos durante toda nuestra vida y que nos inculcaron nuestros padres son la guía fundamental, la brújula en nuestro quehacer político.
¿Y alianzas con otros
sectores?
El sello de esa alianza está en cabeza de los ciudadanos, por eso he mencionado la importancia de la consulta popular en la que sean los ciudadanos los que escojan entre los diferentes precandidatos al candidato que más nos representa y esa consulta se puede dar con candidatos de otros partidos, de otras fuerzas que acompañen el proceso de paz, pero que tienen distintos énfasis en cuanto la implementación. Ahí pueden estar La U, Clara López y otros sectores, pero la plataforma para esa alianza debe ser un programa que se preocupe por lo que les duele a los colombianos: que no hay un buen servicio de salud, que no hay derecho a la pensión digna, la posibilidad de acceder a educación de calidad en todos los niveles, oportunidades de crédito para emprendedores, etcétera.
¿Cree que seguirá la
Unidad Nacional en 2018?
Pues la Unidad Nacional debe ser verdaderamente nacional. Tiene que involucrar aspectos fundamentales y acuerdos mínimos de todos los sectores políticos. Es decir, el próximo Gobierno tiene que buscar acuerdos sobre puntos fundamentales que vamos a buscar como nación todos los colombianos y en donde no caben las divisiones políticas.
Para ganar las elecciones, ¿se aliaría con Gustavo Petro?
No. Creo que tenemos diferencias muy de fondo frente al modelo de desarrollo, el modelo económico… Yo no estoy interesado en exacerbar una guerra entre ricos y pobres, ni un odio de clases, ni traer modelos de Gobiernos exteriores que han fracasado, como el venezolano, y lo veo a él muy inclinado a ese modelo chavista y creo que eso no le conviene a Colombia.
¿Y con Jorge Enrique
Robledo?
Me parece una persona muy valiosa, a la que le reconozco su honestidad, su forma de trabajar. Hay que ver si todo lo que desarrolla en sus debates lo puede volver acciones concretas, porque del dicho al hecho hay mucho trecho.
¿Qué ofrece de diferente a quienes piensan que es hora de cambiar la política tradicional?
Toda mi vida he sido un liberal independiente. En el Gobierno de Uribe hice debates muy fuertes como el del escándalo de los ‘falsos positivos’, pero voté a favor de cosas que propuso que me parecían convenientes y constructivas. Lo mismo pasó con el presidente Santos. Acompañé su ánimo por sacar adelante el proceso de paz y he votado favorablemente muchas cosas, pero en otras me he distanciado. No voté la Reforma Tributaria, no voté el aumento del IVA, porque me parecía que esa no es la verdadera reforma que necesitamos para ser un país de más oportunidades. Yo lo que busco es que Colombia construya igualdad derrotando el clientelismo y el narcotráfico. No soy prisionero de lo negociado en La Habana, ni me voy a circunscribir a defender los acuerdos. Hay que cumplirlos, pero hay que hacer que las Farc cumplan.