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Informe exclusivo: el lío de las familias que ruegan por el agua que beben 80 animales

La oposición argumenta que el afluente de donde se extrae el agua ya no da abasto, pero olvida que el uso de este líquido para consumo humano es prioritario. Así es el panorama que involucra a una de las familias más poderosas de la región.

El 6 de mayo del 2013, la CVC les dio el aval a las 23 familias que habitaban la Parcelación Santillana de los Vientos para que pudieran utilizar el agua de Las Colinas, un nacimiento ubicado en el límite entre Cali y Yumbo. Lo máximo que les estaba permitido extraer del afluente serían 0,432 litros por segundo, previo al tratamiento del líquido para potabilizarlo.

Con esta cantidad, por ejemplo, llenar un tanque de 500 litros de los que generalmente se destinan al uso doméstico para mitigar los cortes de agua tardaría cerca de 19 minutos, contando con que el flujo sea constante y el líquido esté en condiciones aptas para su purificación.

Pero un tanque no es suficiente para abastecer a las 23 familias si se tiene en cuenta que cada una está conformada, en promedio, por seis personas. Con esta cantidad de agua, por ejemplo, llenar una piscina olímpica de dos metros de profundidad sería una tarea de 67 días sin pausa.

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Contiguo a la Parcelación Santillana de los Vientos hay cuatro lotes pertenecientes a los hermanos Henry James, Doris y Eliza Éder Caicedo, esta última ya fallecida, y a la Sociedad Comercial Urbanización Menga LTDA. La familia es conocida en la región por ser dueña del Ingenio Manuelita, los más poderosos del sector de la caña de azúcar junto a Riopaila Castilla y el grupo Ardila Lülle.

A los Éder Caicedo y a la Urbanización Menga, la CVC les adjudicó desde hace más de 50 años el permiso para extraer agua de la Quebrada Menga, que nace en su terreno, a una velocidad de 2,99 litros por segundo. En estos términos, a esta familia le tardaría nueve días llenar la misma piscina olímpica de dos metros de profundidad.

Los cuatro propietarios aseguraron, a través de su apoderada, que el recurso hídrico que les aprobó la CVC es utilizado para darles de beber a 26 vacas, 24 caballos y 30 corderos, además de ser usado en el riego de jardines y prados.

El abogado Juan Camilo Reyes, defensor de los derechos del agua y miembro de la firma JUSTILEX Abogados, está a cargo del caso y sostiene que los recursos hídricos tienen un uso prioritario. “Con el Decreto 1076 de 2015 queda claro que el consumo humano de agua será prioritario al momento de realizar la ordenación de las cuencas hídricas. En este momento, el agua que necesitan quienes viven en la Parcelación Santillana de Los Vientos está siendo usada para abrevar el ganado y regar los prados de la familia Éder, que ni siquiera la usa para su consumo porque para esto les surte Emcali”, dijo.

Por su parte, la abogada Diva Socorro Pérez, apoderada de la familia Éder Caicedo, le aseguró a Publimetro que de la Quebrada Menga no se beneficiaban únicamente las cabezas de ganado sino una comunidad mucho más amplia. “Lo de los animales es insignificante. De esta quebrada se beneficia la familia Éder que es dueña de esos terrenos, además de los habitantes de Xixaola, que es una comunidad muy humilde. Serán unas 30 o 50 familias aproximadamente”, dijo.

Sin embargo, en un recurso apelatorio presentado el 8 de febrero del 2016 por la señora Pérez se aseguraba que el agua proveniente de la quebrada se estaba usando, en efecto, para abrevar los caballos, vacas y corderos, y que la familia Éder utilizaba agua de Emcali para el consumo doméstico (ver imagen a continuación).

Un derecho inviolable

En su artículo 366, la Constitución Política de Colombia reza que uno de los objetivos de la actividad del Estado es solucionar las necesidades insatisfechas de agua potable. Más adelante, con la Sentencia T-790 de 2014, se ratifica que “(…) el derecho al agua ha sido incorporado al ordenamiento jurídico interno para enriquecer el capítulo de derechos fundamentales de la Carta Superior”.

Teniendo en cuenta que la CVC, que en esta situación particular representa al Estado, debía solucionar la insuficiencia en el suministro de agua para la Parcelación Santillana de Los Vientos, los representantes de la misma le presentaron una solicitud a la entidad para que redistribuyera el cauce que irriga la zona y no vulnerara sus derechos fundamentales.

Dicha solicitud fue presentada el 28 de mayo del 2015 y el 5 de junio del mismo año los solicitantes recibieron una aprobación preliminar y el listado de documentos que debían presentar para iniciar el trámite de concesión de aguas.

Los documentos se entregaron el 10 de junio de 2016, pero vaya sorpresa la que se llevaron los peticionarios al enterarse de que el 8 de febrero, casi cuatro meses antes, la abogada representante de la familia Éder Caicedo presentó una oposición a la posible redistribución de la Quebrada Menga para abastecer a los habitantes de la parcelación. En ella aseguraba, como se evidenció anteriormente, que el agua estaba siendo usada para abrevar el ganado y para el riego de jardines. 

¿Cómo pudieron oponerse a un proyecto que ni siquiera había entrado en la fase de estudio porque los documentos requeridos no habían sido entregados?, ¿por qué medio se enteraron de la petición de Santillana de Los Vientos si aún no estaba abierta la fase de apelaciones?, estas son las preguntas que rondan hoy en las cabezas de los solicitantes y los abogados que están al frente del caso.

Ante esto, la apoderada de la familia Éder aseguró que se venía haciendo un seguimiento al expediente que existía de la parcelación y que además es requisito colocar unos avisos previos al inicio de las obras para dar por enterados a todos los involucrados. Si bien esto último es cierto, el expediente almacenado en la CVC registra que la orden para ubicar tales avisos se expidió el 25 de agosto del 2016, seis meses después de que se hubiera presentado la oposición.

En este recurso, los argumentos se resumen en tres: primero, que sus apoderados tiene un derecho legal desde hace más de 50 años para tomar el agua de dicha quebrada; segundo, que compartir el agua significaría una reducción en la cantidad de la misma; y tercero, que los habitantes de la parcelación deben acudir a Emcali para que les preste este servicio.

“Ellos tienen agua aprobada del acueducto de las Empresas Municipales y nunca han tenido agua asignada de la Quebrada Menga. Fuera de esto, dentro de los informes que ha dado la CVC aparecen las respectivas constancias de cómo se ha conservado, protegido y reforestado la cuenca por parte de la familia  Éder, se ha recuperado la zona para que el caudal se pueda sostener, mientras en la Parcelación Santillana de Los Vientos han hecho construcciones inadecuadas y acaba de presentarse un derrumbe. Lo único que ellos tienen que hacer es terminar las obras que Emcali les exige para poderles dar el agua”, dijo la abogada Diva Pérez.

Tras esta oposición, la CVC optó por frenar el proceso y comunicar, a través de la Resolución 0710 No. 0713 – 000262, que la concesión de aguas de uso público a derivar de la Quebrada Menga quedaba negada para los habitantes de Santillana de Los Vientos.

Esta entidad expresó dos razones: que no hay un caudal remanente en la quebrada y que existe la posibilidad de la prestación del servicio de acueducto por parte de Emcali. A esto se llegó luego de analizar dos informes con mediciones del caudal en los años 2014 y 2016 en diferentes meses del año. No obstante, se encontraron fallas aritméticas en el cálculo de la posible agua que estaría disponible para los vecinos de la parcelación.

“Según los datos que presentó la CVC, la quebrada ya están en déficit solo con surtir los predios de la familia Éder. Pero es un hecho notorio que la Quebrada Menga goza aún de cauce. En caso de que lo primero fuera cierto, ya debió haber existido un acto administrativo que declarara agotada la fuente, y este tampoco existe. Hay muchas incoherencias”, aseguró el abogado Reyes.

Otras coincidencias

Además de ser el presidente de la junta directiva del ingenio azucarero Manuelita, Henry James Éder Caicedo es actualmente el representante del presidente Juan Manuel Santos en el consejo de la CVC.

“Puede tratarse de un conflicto de intereses porque uno de los principales opositores a la concesión de aguas para la parcelación es el señor Henry James, que hace parte del Consejo Directivo de la entidad que la negó. Indudablemente él es una persona con poder dentro de la CVC, entonces pedimos que este asunto se maneje de manera transparente y con toda la fundamentación necesaria”, agregó Reyes.

Resulta preocupante que aún quedan por construir tres etapas de la Parcelación Santillana de Los Vientos, cuyas obras posiblemente estarán frenadas hasta no solucionar el lío con el recurso hídrico. Por el momento, los habitantes de la Etapa I se ven envueltos en constantes problemas por la falta del agua que necesitan para sus labores cotidianas.

“Nos surtimos con un porcentaje mínimo, realmente no da abasto. Muchas veces no tenemos ni una gota de agua, cuando llueve es terrible porque se forma un barrizal y la planta de tratamiento que tenemos para potabilizar esa agua no la puede coger así. A la gente le toca comprar carrotanques para llenar los tanques que hay en cada casa, pero tampoco pueden tener el agua ahí guardada por mucho tiempo”, dijo Diana Abdul Rahin Cortés, administradora de Santillana de Los Vientos etapas I y II.

Según la administradora, un carrotanque cuesta entre $400.000 y $600.000 y le puede durar a una familia cerca de 15 días, dependiendo del consumo. Con ellos también deben llenar las piscinas de la parcelación, pero dicha agua no genera altos costos pues no exige ser reemplazada con frecuencia sino que se puede mantener con los productos químicos adecuados.

Por lo pronto, los representantes de Santillana de Los Vientos presentaron un nuevo recurso apelatorio dirigido a Diego Luis Hurtado, director territorial (C) de la Dirección Ambiental regional suroccidente, para que revoque la resolución en la que se les negó el uso de aguas de la Quebrada Menga a los habitantes de la parcelación y para que, finalmente, les conceda este recurso.

Mientras se ponen de acuerdo, el agua por la que ruegan estas 23 familias seguirá saciando la sed de 80 cabezas de ganado y regando los pastos de los terrenos de una de las familias más poderosas del departamento.

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