Todo ocurrió en Valledupar, en el sector del Páramo. Un grupo de ocho adolescentes, con edades que rondaban por los 13 o los 5 años, salieron a jugar y a hacer ‘recocha’ en una de las canchas cercanas… Todo sucedió en las horas de la tarde, hacia las 2:30 p.m. del martes pasado. Los menores cuentan que iban hacia una pista, que usan ciertas personas en la región para practicar aeromodelismo.
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La historia es que en medio de los juegos, uno de los adolescentes encontró una cola de un pequeño avión, clavada en la copa de un árbol. Cuando fueron a mirar bien el modelo del que parece un juguete gigante, y se adentraron en la maleza, una de las niñas se percató de la presencia de un niño pequeño, un afrodescendiente al que le faltaba un brazo y que les pedía auxilio, de aproximadamente unos ocho años. La menor que iba con una amiga, aseguró que el niño empezó a decir cosas raras y que «se alejaba, entonces me dio miedo y le dije vámonos a mi amiga».
Según todos, la preocupación central fue que las menores se sentían atraídas por ir a abrazar al niño y los más grandes tenían que sujetarlas. Los niños lo describieron como un menor vestido con camisa azul y pantalón negro, “le faltaba un brazo, no se le veía bien la cara, y era un niño negro como de 8 años”, aseguraron.
Lo más escalofriante de la historia es que el menor les pidió ayuda y les aseguró que estaba muerto y enterrado en ese lugar con dos amigas más de 12 y 13 años, y que los tres habían sido violados salvajemente. Los padres de los menores se asustaron porque en el relato de los adolescentes, el niño les dijo su nombre “que se llamaba Andrés, que su papá está mal de salud, y que los hombres que le habían hecho eso eran dos, uno alto, de pelo liso y un bajito, de piel morena y pelo crespo, y andaban en una camioneta de color gris, y la primera letra de la placa era L”.