Aunque sea un secreto a voces las razones por las que los cultivos ilícitos aumentaron durante el proceso de paz con las Farc, es difícil explicarle al mundo el por qué del incremento de hectáreas de coca en épocas de posconflicto.
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Este problema se le salió de las manos al país y ya no lo pudo ocultar. Así fue como la Casa Blanca confirmó que en 2016 los cultivos de coca en Colombia llegaron a 188 mil hectáreas, con una producción potencial de cocaína de 710 toneladas métricas.
Esta es la razón por la que el secretario de Estado de EE.UU., Rex Tillerson, insistió en que sería prudente que Colombia volviera a la aspersión aérea para erradicar los cultivos ilícitos, tarea en la que el país cuenta con el apoyo del Congreso de Estados Unidos. Sin embargo, Tillerson no manifestó específicamente que se hiciera con glifosato.
El Gobierno, en respuesta, dijo que no era una opción.
El ministro de Ambiente y Desarrollo Sostenible, Luis Gilberto Murillo, fue uno de los que aseguró que el país no retomará las aspersiones con glifosato sobre los cultivos de coca que fueron suspendidas en 2015. «No vamos a atender las solicitudes hechas por Estados Unidos. Colombia no reanudará las fumigaciones aéreas con glifosato y esta es una posición de Gobierno», dijo Murillo durante una Cumbre de Sostenibilidad.
Para Murillo, esta opción es inconveniente «porque se trata de aspersiones indiscriminadas que generan afectaciones tanto a la salud humana como al ambiente, y atendiendo al principio de precaución debemos evitarlo».
En el foro, Murillo destacó la amenaza que representa la aspersión con glifosato para Colombia, ya que, según detalló, muchas de las zonas en donde se llevaría a cabo esta práctica son de alta biodiversidad.
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Otro que se pronunció fue el alto consejero para el Posconflicto, Rafael Pardo, quien afirmó que esa opción no está contemplada porque lo prohíbe la Corte Constitucional.
“El crecimiento de los cultivos de coca es una preocupación del Gobierno colombiano, americano y de todo el mundo, pero la fumigación aérea ha sido descartada por la Corte Constitucional y por lo tanto no es una opción en este momento”, dijo.
Además, argumentó que el glifosato no es la solución más efectiva, ya que «el año que más aspersión aérea hubo fue el 2007 y fue el año en el que más crecieron los cultivos de coca”.
¿Cómo lo lograrán?
La solución en la que el Gobierno tiene la fe puesta es en el programa de la sustitución voluntaria de cultivos, que está pactada en el acuerdo de paz y en la que ayudarán cientos de guerrilleros de las Farc, una vez entreguen sus armas y empiecen a pagar sus penas en la Jurisdicción Especial para la Paz.
Con este programa, que ya se está implementando en algunas regiones del país, el Estado espera que para finales de 2017 se hayan erradicado 100 mil hectáreas de cultivos de coca.