Un nuevo cambio se avecina en el modelo de las basuras en Bogotá. La Comisión de Regulación de Agua Potable y Saneamiento Básico (CRA), ratificó la decisión que da inicio a la apertura del proceso de licitación del servicio de aseo en Bogotá.
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De acuerdo a la directora de la Unidad Administrativa Especial de Servicios Públicos (Uaesp), Beatriz Elena Cárdenas Casas, “esa licitación cuesta alrededor de 5 billones de pesos y el contrato con cada operador sería de ocho años. Se espera que en diciembre se adjudiquen los contratos. Tenemos 8 meses de plazo por parte de la Superintendencia de Industria y Comercio para tener un nuevo esquema de aseo en Bogotá”.
Con este nuevo modelo, serán incluidas algunas zonas rurales de la ciudad. Varias de ellas están ubicadas en Chapinero, Usaquén y Suba, y otra es Sumapaz.
Por otro lado, en la licitación podrán participar proponentes extranjeros.
De acuerdo a la Uaesp, los operadores se encargarán de los residuos no aprovechables y los recicladores manejarían los elementos aprovechables. Por su labor, esta población tendrá un pago.
“Nosotros lo que queremos para los bogotanos es que no se aumente el valor de los precios de aseo que pagan los ciudadanos”, aseguró Cardenas.
Los retos del nuevo modelo de basuras
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El director de la especialización en geografía de la Universidad Central, Johan Avendaño explica que “la factura de aseo sí aumentará porque los operadores se encargarán de pagarle a los recicladores y este nuevo valor nos lo cobrarán a nosotros en nuestra factura del agua donde se paga el servicio de recolección de basuras”.
Igualmente, Avendaño explica que “tenemos que saber cómo se les va a hacer el pago a los recicladores. Otro de los retos es el área rural porque debe tenerse una mayor capacidad técnica para este tipo de zonas”.
Para este experto, otro de los desafíos de la Uaesp será “el manejo del espacio público en relación a la limpieza de los andenes. Aún no se sabe si van a contratar a personas para que estén limpiando de forma permanente los elementos de la infraestructura urbana”.
Avendaño considera que “aunque no es negativa la participación del sector privado, es necesario que las entidades públicas tuvieran el manejo de los servicios públicos por varios factores como la calidad, cobertura y precios. Una empresa privada piensa en la rentabilidad porque es un negocio que busca los beneficios económicos”.
Una de las debilidades que podría tener el modelo actual es que “no se sabe si van a realizar campañas de reciclaje en la ciudad”, según Avendaño.
Con el modelo actual, las zonas se repartirán por sorteo. Avendaño considera que “en términos de la contratación pública, se argumenta que para garantizar transparencia se hace así. La debilidad de esto es que como los operadores van a ser distintos, algunos posiblemente no tendrán experiencia en el tema y cuando les asignen un área que tenga problemas de topografía, no tendrían la capacidad de administrarla”.
Pros y contras del modelo de basuras de Gustavo Petro, según Johan Avendaño:
• La Uaesp tenía la responsabilidad de administrar un servicio público.
• Uno de sus objetivos era mejorar las prácticas de reciclaje de la ciudad.
• La Uaesp no tenía la capacidad técnica y burocrática para hacerse cargo de todo el modelo de basuras en la ciudad.
• Falta de tiempo para su implementación y asesoría internacional.