Más de 500 máscaras pintadas de rojo fueron dejadas en la playa Copacabana, Río de Janeiro, fue una propuesta para pedir la renuncia del presidente de Brasil, Michel Temer, envuelto en un grave escándalo de corrupción, y denunciar la «baja cualificación» de sus políticos.
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Las máscaras pintadas de rojo pretenden simbolizar la vergüenza de los políticos brasileños.