Colombia

¡Buenaventura en pie de lucha, resiste!

El paro cívico avanza. En el Distrito especial la gente no se cansa de pedir un mejor futuro para los suyos

El sábado se volvieron virales los videos de unos jóvenes lanzando piedras a camiones de carga en Buenaventura. De inmediato, los medios de comunicación volvieron su mirada hacia esta ciudad del Pacífico que pareciera solo ser recordada cuando se escucha ese tema de salsa “Buenaventura y caney”, del Grupo Niche, que a la gente tanto le gusta bailar en diciembre.

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¡Mi Buenaventura!. Buenaventura y caney

¡Buenaventura!, ‘buena-ventura’, que a la larga significa ‘buena suerte’, que al parecer solo es nombre, porque esa suerte y esas buenas venturas, parecieran no tocar al minicipio que se convirtió en Distrito Especial con el fin de no ser olvidado y con el fin de que el Estado, más que “saquear” los beneficios de sus bondades geográficas, pudiera observar como uno de sus municipios que necesitan atención.

Desde hace siete días, los bonaverenses decidieron cesar sus actividades y levantar un paro cívico que para las autoridades no iba a durar mucho, pero que ya cumple una semana.

“Hace más de un mes los líderes del paro empezaron a repartir volantes para que fuéramos comprando comida, porque iba a estar restringido el comercio”, cuenta Luisa Rodríguez, contadora de 22 años.

Los cueros van en la sangre del pequeño, hasta el más grande

Los niños dejaron de ir a las escuelas, a los colegios públicos y privados. Los docentes se unieron al cese de actividades porque desde febrero no les pagan el sueldo… y los niños que bailan en las calles, no tienen el refrigerio asegurado.

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Solo algunas tiendas de barrio abren por horas para que la gente compre lo que necesita, aunque todos se aprovisionaron.

“Me pagaron la quincena el sábado y con eso fuimos con mi mamá a comprar arroz, alimentos no perecederos y todo para subsistir. Me queda como para tres días. Después esperar para ver qué hacemos”, comenta. Desde el pasado martes a las 00:00, la gente se preparó para ser vista en el país y ser escuchada por el Gobierno, que envió una tímida comisión que a muchos les causó risa y que no logró nada en la mesa de conversaciones con los líderes del paro.

“El viernes mandaron al ministro de Ambiente (Luis Gilberto Murillo), porque es el único negro, pero esa cartera no tiene nada para hacer con nosotros. Acá no viene la Procuraduría, ni la Contraloría”, cuenta Luisa.

Ahí tiene el monte, ahí tiene a su rey…

El viernes, luego de que el Gobierno se parara de la mesa de negociación y no se llegara a ningún acuerdo, el Esmad llegó en cantidades a disipar las marchas que hasta el momento eran pacíficas.

“Digamos que eso fue lo que encendió a la gente y como nunca sobran los vándalos, saquearon las tiendas. Empezaron con el centro comercial La 14. Se nos venían las lágrimas por cómo quedó eso”, señala Luisa.

Las denuncias ciudadana, más allá de la represión policial que dejó heridos a dos bebés, que ya están fuera de peligro, apuntan a que, aunque se llamó a las autoridades para que hicieran algo contra los vándalos, no llegaron sino hasta la madrugada. Dejaron que todo fuera saqueado.

Donde el negro solo, solito se liberó

Seguirán. Están contentos con lo que ha logrado, aunque al principio, todo parecía iba a quedar en el silencio total y que solo iban a ser escuchados por las casas que habitan.

“Empezamos con una alegría y con gran esperanza. El primer, el segundo y el tercer día no se vio nada en los noticieros nacionales. Estábamos tristes. a nadie le importaba lo que estaba pasando acá, hasta que pasó lo del Esmad y ahí la gente en redes sociales nos empezó a ayudar”, cuenta Luisa con agradecimiento.

“Nos han inventado muchos chismes para dividirnos y que nos rindamos”… Y es que por redes sociales llegaron mensajes de que los líderes habían sido secuestrados. Pero ellos nos dijeron que no, que siguiéramos”.

Son niches como nosotros, de alegría siempre en el rostro

Luisa cuenta que han recibido ánimo de todas partes, después de que los videos de represión policial fueron publicados.

“Hemos recibido apoyo del exterior. En Bogotá, en donde vive una hermana, me cuentan que marcharon por Buenaventura y por el Chocó”, señala Luisa.

Ayer era el día de la afrocolombianidad y desde varias partes del país, un grito fue por Buenaventura.

Allá hay cariño, ternura, ambiente de sabrosura

El paro, pese a que se vio empañado por los hechos violentos, se vive en paz, entre cánticos y las sonrisas blancas de sus habitantes.

“Me toca cerrar las ventanas porque por ahí se oyen los niños cantando las arengas. Somos muy alegres. Somos pacíficos pese a todo”.

‘¡Limonada, limonada. El Gobierno no hace nada!’, cantan los niños que piden un futuro mejor, que piden que los veámos para que los recórdemos y sépamos que no tienen agua potable. Que no hay un hospital de tercer nivel para atenderlos, donde no hay gas por ratos; en donde les ofrecieron un malecón bellísimo en una maqueta y hoy es arena y madera húmeda, en donde solo hay una vía principal; en donde solo llega la gente importante a recibir sus barcos.

“Yo creo que esto va a ser para mejorar. Yo creo que después de la tormenta siempre llega la calma y a nosotros nos va a llegar”, cuenta esperanzada.  Todos esperan, que al puerto fluvial por excelencia, lleguen las buenas venturas.

¡A ti mi Buenaventura, con amor te lo dedicamos!

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