La decisión de la Corte Constitucional, que declaró inexequibles dos de los literales del Acto Legislativo para la Paz, en relación con el procedimiento del trámite legislativo especial para la implementación del acuerdo, conocido como fast track, le dio lo más parecido a una cachetada al Gobierno y a las Farc, en lo que va corrido de la implementación de los acuerdos con la guerrilla.
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La Corte sentenció que los literales H y J no son consecuentes con la Constitución, al considerar que “sustituyen el principio de separación de poderes”, pues se estaba limitando la capacidad deliberativa y decisoria del Congreso.
Según el secretario de la Presidencia, Alfonso Prada, la sentencia no es una “declaratoria de inconstitucionalidad del fast track, ni del procedimiento especial legislativo, ya que se preserva el trámite en el Congreso de la República de estas iniciativas con la velocidad que está establecida”. Sin embargo esto no deja buen sabor de boca
La victoria del ‘uribismo’
El fallo nació tras la demanda del senador y precandidato presidencial del Centro Democrático, Iván Duque, que argumentaba que el fast track, estaba comprometiendo la independencia del Congreso y que de alguna manera el Gobierno y las Farc estaban “mandando sobre cómo se debía votar” en el legislativo.
El expresidente Álvaro Uribe Vélez pareciera haber cantado la victoria y además conminó a seguir luchando para tumbar lo ya aprobado. “El paso que tenemos que pensar es qué se va a hacer con todo lo que se aprobó violando esas garantías, como la justicia para las Farc y la elegibilidad de los responsables de delitos atroces”.
¿La paz en la cuerda floja?
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Como un llamado de atención o la premonición de que algo malo se avecina para la paz que ya se creía tachada en la lista de muchos, como algo ya hecho.
Las Farc han decidido entrar en asamblea permanente al interior de las Zonas Veredales de Normalización, lo que ha puesto en el pensamiento de muchos, que no se dejarán arrebatar lo ya conseguido en La Habana tras cinco años de conversaciones y acuerdos.
Es que es el Gobierno el que ha tratado de apagar los incendios y las alarmas que ha prendido la decisión de la Corte, que para muchos fue un autogol por cuanto, uno de sus caballitos de batalla en el alto tribunal, fue quien clavó la estaca sobre el procedimiento: Carlos Bernal, recién elegido y apoyado por Viviane Morales, que parece haberse dado el gusto del desquite tras su fallido intento de referendo.
Lo ya aprobado no cambiará. La JEP, la participación política, seguirán en pie. La verdad, es que los acuerdos de paz de La Habana, hasta ahora empiezan a discutirse en el Congreso.