En el segundo ciclo de diálogos de paz con el Eln las partes esperan avanzar en acuerdos que protejan a la sociedad civil del conflicto.
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Los delegados, así como representantes de los países garantes del diálogo, desayunaron con el presidente saliente de Ecuador, Rafael Correa, en el palacio de Carondelet, sede del Ejecutivo, para mañana iniciar en un valle cercano a Quito, los diálogos directos.
Ambas delegaciones agradecieron a Ecuador por el apoyo a las negociaciones, que se llevaron en secreto durante cuatro años y de forma pública desde febrero pasado.
«Vinimos dispuestos a avanzar en acuerdos que protejan a la población civil de ser víctima del conflicto», señaló el jefe del equipo negociador del Gobierno, Juan Camilo Restrepo, quien en un comunicado público recordó que el primer ciclo de diálogos con el Eln terminó el pasado 6 de abril.
Añadió que diferentes sectores en Colombia les recomendaron «persistir y continuar con la convicción de que la salida política es el camino para lograr el fin del conflicto» con el Eln.
También Pablo Beltrán, jefe de delegación del Eln, se mostró esperanzado de que puedan avanzar en la nueva ronda de negociaciones y de que la paz en Colombia se traduzca también en beneficios para naciones vecinas, como Ecuador.
De su lado, el canciller ecuatoriano, Guillaume Long, aseguró que en la casa de Gobierno, al que calificó de «ameno», se pudo «hablar de paz», la que anhela también toda la región, que busca ser «libre de conflictos armados», anotó.
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Recordó que Lenín Moreno, quien asumirá la Presidencia de Ecuador el próximo 24 de mayo, reiteró a Santos el apoyo a los diálogos de paz, algo que Long aseguró es para Ecuador «una política de Estado».
Al recibir a las delegaciones en Carondelet, Correa reiteró que Ecuador, que «los recibe con los brazos abiertos», no busca protagonismo, «sino tan solo servir».
Añadió que «paz no es solo la ausencia de guerra. Por supuesto es fundamental, es un paso crucial, pero paz es, sobre todo, presencia de justicia, de dignidad, de igualdad de oportunidades, de equidad, de prosperidad y, les aseguró que con esas presencias se asegura la ausencia de la violencia», indicó al recordad que América Latina es aún una de las regiones «más inequitativas del planeta».