La Policía italiana investiga un «catálogo de mujeres solteras» vendido por internet y realizado con perfiles de italianas en Facebook sin el consentimiento de estas, por lo que ha sido denunciado, confirmaron hoy a Efe fuentes policiales.
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El catálogo, en formato de libro electrónico, podía ser descargado hasta la mañana de este sábado en una serie de páginas de internet al precio de siete euros, «el precio de un cocktail», tal y como aseguraban los promotores de la publicación en el portal.
En total han sido puestos a la venta dos «registros»: uno con 734 perfiles de mujeres de la ciudad norteña de Monza y otro con 1.218 de la cercana Lecco y todas ellas tienen en común haber indicado en Facebook que no mantienen ninguna relación sentimental.
No obstante, ninguna de ellas habría dado su consentimiento para figurar en el catálogo en cuestión, según recogen los medios locales.
En el catálogo digital, según estas fuentes, junto a la foto de las mujeres figuraba un enlace para acceder a sus perfiles en la mencionada red social, perfectamente visibles ya que no habían aplicado el filtro de privacidad.
El funcionario de la Jefatura de Policía de Lecco, Andrea Atanasio, confirmó a Efe que varias jóvenes de la localidad han presentado denuncia al verse incluidas sin su permiso en ese listado y sospecha que otras muchas hayan reclamado ante otras instancias.
Explicó que la Brigada Móvil de está investigando los hechos bajo la supervisión de las autoridades judiciales italianas, que han sido informadas sobre el caso.
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Atanasio señaló que, ya con las primeras pesquisas, han descubierto que la compañía que vende el catálogo por internet, identificada como «Lulu Press Ink», tiene sede en la estadounidense Raleigh, capital de Carolina del Norte, y fue fundada en 2002.
Por otro lado, consta como titular de la polémica publicación una asociación» que se define como «cultural sin ánimo de lucro» y, dentro de la misma, la Policía ha identificado a un vecino de Lecco.
Una de las afectadas, Daniela Monaco, ha señalado que se quedó «sin palabras» cuando descubrió que había sido «catalogada» y dijo que «estar soltera no significa estar disponible a que te contacten y molesten desconocidos», en declaraciones a «Il Corriere della Sera».
El sindicato CGIL denunció estos hechos «gravísimos» que contribuyen a «la mercantilización de la figura femenina que, con esta operación, queda convertida en un ignorante objeto de deseo».