El fin del conflicto en Colombia abre una oportunidad a departamentos como La Guajira, en el extremo norte del país, una zona desértica fronteriza con Venezuela, para que sean atendidas sus necesidades históricas, coincidieron varios alcaldes de esa región.
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Los alcaldes, que participaron este miércoles en Riohacha, capital departamental, en un encuentro con delegados de 35 instituciones encabezado por el vicepresidente colombiano, Óscar Naranjo, pidieron que los programas destinados a recuperar las zonas afectadas por el conflicto lleguen a sus municipios.
«Hay una gran oportunidad con el tema del posconflicto sobre todo para esos municipios que somos de muy poquitos recursos», dijo a Efe el alcalde de Urumita, Giovanny Ramos, quien pidió que toda La Guajira «sea considerada víctima de la violencia».
Ramos añadió apuntó que La Guajira es recorrida por dos cadenas montañosas: la Serranía del Perijá, que conecta con Venezuela, y la Sierra Nevada de Santa Marta, que la une con el departamento de Magdalena, donde operaban las guerrillas de las Farc, el Ejército de Liberación Nacional (ELN) y grupos paramilitares.
Para el funcionario, todos los municipios de La Guajira, donde funciona una de las 26 Zonas Veredales Transitorias de Normalización» (ZVTN) para la desmovilización de los guerrilleros de las Farc, han estado «de una u otra forma relacionados con el conflicto armado».
En la misma línea se pronunció Misael Velásquez, alcalde de Fonseca, en cuya jurisdicción está el caserío de Pondores, que alberga la zona donde se reunirán guerrilleros de las Farc en etapa de dejación de armas y desmovilización, quien propuso que en las inversiones previstas se tenga en cuenta la mano de obra local.
Según el funcionario, esta nueva etapa ofrece la oportunidad de reconstruir el tejido social y atender «esa pobreza histórica que se ha tenido en estas regiones».
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Velásquez destacó que la zona veredal de Pondores «quizás es una de las más adelantadas» en su adecuación para albergar a los integrantes de las Farc, pero lamentó que exista una «falta de oportunidades» para la comunidad.
«Se construyó esa zona veredal y los ingenieros que llevaron no fueron los de la región, los trajeron de otras regiones; logramos que llegara una biblioteca y el bibliotecario lo trajeron de otra región pudiendo haber capacitado a uno del municipio. Nosotros tenemos que dar oportunidades, porque la gente lo está esperando», sostuvo.
Y aunque admitió que esos asuntos pueden ser «pequeños detalles», consideró que «significan mucho para la reconstrucción del tejido social» y para «generar confianza».
También el alcalde de la Jagua del Pilar, José Amiro Morón, pidió la atención estatal, al indicar «La Guajira prácticamente sufrió el tema del conflicto armado en todo su territorio».
«Hoy le pedimos encarecidamente para que los municipios del cono sur (de La Guajira), principalmente La Jagua, Urumita, El Molino, Villanueva y San Juan, puedan estar dentro del listado del posconflicto para nosotros también recibir esos beneficios», agregó.
El alcalde de Dibulla, Bienvenido Mejía, destacó que su municipio «está viviendo un verdadero posconflicto» desde la desmovilización, en 2006, de los grupos paramilitares, y ahora con la inclusión de esa localidad en algunos programas tras el acuerdo con las Farc.
«Hoy Dibulla es un remanso de paz, hoy Dibulla es un potencial en turismo, hoy Dibulla es un potencial en agricultura», resaltó Mejía, quien consideró que el posconflicto «se está viendo en La Guajira» y confió que a todos los municipios «les va a llegar su oportunidad» aunque admitió que la solución no se dará de un «solo golpe».
El Gobierno colombiano y las Farc firmaron en noviembre pasado un acuerdo de paz para poner fin a más de medio siglo de conflicto armado, y en febrero comenzaron diálogos en Ecuador con el ELN, la segunda guerrilla del país.