Uno de los temas que ha ocupado la agenda de los medios de comunicación en los últimos días ha sido el de la Reforma Política y Electoral que propuso el Gobierno por medio del Ministerio del Interior y a la que la Misión Especial Electoral -MEE- le hizo unos ajustes para hacer las propuestas al gobierno nacional y quesean aprobadas por medio del Fast Track, ya que de este sería el cumplimiento del segundo punto de los acuerdos de paz de La Habana, firmados con las Farc.
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Por estos días, es común que se hallen a las reuniones del ministro del Interior, Juan Fernando Cristo, con dirigentes de partidos políticos, con colectividades enteras, en la persistente búsqueda de llegar al consenso y presentar el proyecto en bloque con el fin de que la reforma, que Cristo asegura necesaria para modelar una democracia «más perfecta», sea aprobada en tiempo récord, pero no todo ha sido color de rosa. El trabajo ha sido complejo para el gobierno de Santos que ha asignado la bandera del revolcón electoral al partido de La U, que se ha visto, inclusive, fragmentado por distintos pareceres.
La eliminación del Consejo Nacional Electoral y la creación de dos órganos que se encarguen de asumir sus funciones y mucho más, ha dejado perplejos a muchos, incluso a observadores externos. La Misión Especial Electoral, ha sugerido que se cree el Consejo Electoral Colombiano que se encargaría de todos los temas administrativos de cualquier tipo de comicios que se realicen en el país. Tendría a cargo a la Registraduría Nacional, que no desaparecería, como se propuso en un primer momento.
La quinta pata que le sale al gato en este tramo, al que los propulsores de la la reforma, han llamo «arquitectura institucional», es la creación de una especie de ‘supercorte’, la Corte Electoral, que estaría conformada por los magistrados de la comisión quinta del Consejo de Estado, tendría facultades de una procuraduría, como sería el caso en que quisieran quitar una investidura a una persona elegida por medio del voto popular, además haría las veces de la Contraloría en cuanto a la fiscalización de los recursos y es aquí en donde opositores, incluso del partido de La U, han surgido.
Para Mauricio Lizcano, presidente del Congreso, es peligrosa la creación de esta institución, según él se estaría dando la creación de un «cuarto poder» que sería peligroso para la democracia en el país, «esa corte electoral que nos va a arrodillar a la democracia, con funciones que son lesivas para la sociedad», aseguró.
Armando Benedetti, quien ha encabezado la construcción de la reforma electoral por parte de la Unidad Nacional, aseguró que este punto, definitivamente no iría en el grueso del proyecto que se presentaría en el Congreso, pese a las recomendaciones de la MEE.
Otro de los puntos que se ha referenciado y que ha sido debatido, ampliamente por los diferentes sectores políticos, es la idea de elegir a los congresistas por medio de la postulación de los candidatos en una lista cerrada, es decir, en donde se votará por por un candidato que encabeza al grupo del partido, y dependiendo del número de votos, pasa determinado número de candidatos, dependiendo del orden que se le dé a cada uno.
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En este punto, el Gobierno ya tiene un consenso entre los partidos más fuertes y es que hasta se puede decir que el uribismo no rezongará, pues esta fue su receta del éxito en las pasadas elecciones legislativas, al nombrar a Álvaro Uribe como cabeza de lista y en donde alcanzaron a ingresar gran número de los postulados, que hoy, desde Senado y Cámara, hacen oposición a Santos.
Pero en este caso en específico, los partidos minoritarios no están de acuerdo. El senador del Polo Democrático y precandidato presidencial, Jorge Enrique Robledo, habló sobre lo que esto significaría la democracia y aseguró que no sirve para nada: “que cada partido tome las decisiones que más se ajusten a sus realidades de acuerdo con las listas, molesta es que los partidos de la Unidad Nacional y el Gobierno nos quieran presentar eso como la gran fórmula de la lucha contra la corrupción y eso es una baratija política. ¿Si hubiera habido listas cerradas en las dos elecciones pasadas, habría dejado de entrar plata corrupta de Odebrecht a las campañas? Que no nos vengan con ese cuento” afirmó Robledo.
Pese a los ires y venires, Publimetro le cuenta en qué consiste la reforma electoral que muy pronto se presentará y lo que opinan los partidos políticos.
¿Qué piensa la oposición?
Genera curiosidad, cómo el uribismo ha estado silente frente a la reforma electoral y es que a luces del politólogo de la Universidad Nacional, David Morales, «es una jugada política que los beneficia. Ellos no se van a oponer a una reforma que hubiesen querido hacer y proponer. Las listas cerradas son un buen mecanismo para que, como en un caudillismo, el senador y expresidente Uribe, sea la cara visible y arrastre al electorado hacia las fauces del Centro Democrático» señala.
En definitiva, lo que más choca a Álvaro Uribe Vélez y sus seguidores, es el hecho de que este ‘revolcón’ a la política electoral del país, vaya a ser aprobado por medio del ‘fast track’ que tan criticado ha sido por ellos, «es evidente que ante la posición del Centro Democrático sobre los acuerdos de paz y todo este proceso de reinserción de las Farc a la vida civil, no les suena que esto se radique por medio del fast track, pues les suena a engaño a ‘gato por liebre'», señala Morales.
Para el precandidato uribista, Carlos Holmes Trujillo, «el Fast track es la versión colombiana de la ley habilitante de Maduro, es decir es un paso hacia la dictadura».
¿Qué piensan los partidos minoritarios?
No se podrá decir que los partidos como el Polo o la Alianza Verde, o el Progresismo de Gustavo Petro son la piedra en el zapato de la reforma, pero en esta oportunidad se unieron con el único fin de, primero, exigirle al Gobierno, una reunión y para exponer unos puntos, que a su sentir deben ser incluidos en pro del beneficio a estas colectividades.
«Imponerle más del 1 % en la cantidad de afiliados a un partido para que pueda acceder a financiación pública es acabar con los partidos en Colombia. Eso es casi un millón que no los tiene ningún partido en el mundo”, afirma Claudia López. Y es que uno de los puntos principales de la reforma sería poner condiciones para el financiamiento de los partidos y es evidente que por ser de carácter minoritario no podrían alcanzar.
Por su parte el senador Iván Cepeda aseguró que el umbral de votación debe bajar del 3% al 2%, “no que nos vayan a subir el umbral y nos apliquen normas drásticas”.