Colombia

La restitución de tierras en Cundinamarca avanza a pasos de gigante

El Gobierno lo ha hecho bien en cuanto a la restitución de tierras. La seccional Bogotá ha avanzado con Cundinamarca y es el primer departamento en completar la identificación de todos los beneficiarios de la política.

Cortesía: Unidad de Restitución de Tierras Bogotá Cortesía: Unidad de Restitución de Tierras Bogotá

¿Se imagina que un día un grupo armado llegue a su casa a exigirle a usted y a su familia que abandone su hogar, todo lo que conoce, su negocio y su vida? Esta es la historia de miles de colombianos que tuvieron que irse de sus tierras para no perder la vida y nunca tuvieron la esperanza de volver a recoger sus huellas y recuperar sus proyectos productivos.

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Esa es la historia de Luis Antonio Espinosa, un hombre de 63 años que fue despojado de sus tierras en La Palma, Cundinamarca en el año 2001, tras la toma del pueblo y el asesinato de líderes políticos a mano de criminales, y tuvo que huir por miedo a que su familia y él terminarán asesinados.

Hoy, tras 16 años de nuevo está en sus tierras y desarrolla un proyecto productivo para levantar su finca El Mango, gracias a que se acogió a la Restitución de Tierras, que ha arrojado buenos resultados en Cundinamarca.

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Seis años lleva de funcionamiento la Ley 1448 de 2011 conocida como la Ley de Víctimas y Restitución de Tierra, en donde se creó el procedimiento legal por medio del cual las víctimas que hayan sufrido de despojo de sus tierras por causa del conflicto armado interno.

Para cumplir con tal fin se creó la Unidad Administrativa Especial de Gestión de Restitución de Tierras Despojadas, que se adscribió al Ministerio de Agricultura y Desarrollo Rural, que se encargaría de hacer el registro de las tierras y facilitaría a las víctimas tramitar su regreso a sus predios, tal y como le sucedió a Luis Antonio.

«En Cundinamarca, particularmente, se han recibido 2911 solicitudes para iniciar los trámites de restitución de tierras en el departamento andino, de las cuales 2338 solicitudes están resueltas», asegura Fabian Oyaga, director Territorial de la Unidad de Restitución de Tierras en Bogotá.

Y es que la buena noticia es que 76 núcleos familiares ya se encuentran en las tierras que algún día dejaron con todo lo que tenían, sus sueños, sus esperanzas y su casa, casa que hoy está reconstruida y viabilizada.

«La Restitución de tierras no es simplemente devolver una tierra y que la gente regrese y ya. Desde el Gobierno se estableció que no solo se entregarían las tierras a sus propietarios, es un plan completo», señala Oyaga.

Dentro del plan se estipula que se debe entregar una vivienda viabilizada que se refiere a que se tendrá una casa con todos los servicios públicos, bien construida y terminada.

«La idea es que se cree un proyecto productivo financiado por el Estado en donde los campesinos vuelvan a tener ingresos sin la necesidad de emplearse en la empresa de alguien más», indica Oyaga.

Luis Antonio, volvió a su tierra y está trabajando en un proceso productivo de siembra de café. «Cuando nos sacaron de acá nos fuimos para La Palma como dos días y después tuvimos que coger para Bogotá y allá trabajé en ‘la rusa’ y luego de vigilante. Ya cuando volví acá empecé a hacer productiva la finquita. En eso me ayudó el Gobierno que me dio plata para hacer mi proyecto del café», cuenta.

En Cundinamarca hay 84 predios con orden de restitución, lo que serían cerca de 300 hectáreas de las cuales ya se han beneficiado 76 familias como la de Luis Antonio o la de Luis Hember, otro campesino del municipio de La Palma que también tuvo que abandonar sus tierras en 2001 y que regresó a ellas en 2004, pero que luego del 2011 pudo ser beneficiado con el proyecto productivo, y la adecuación de su vivienda.

«Tengo 4300 matas de café variedad Castilla que va a salir al exterior si Dios quiere, gracias a la Restitución de Tierras y eso es un ejemplo para que otros puedan volver al campo a volver a vivir sus vidas», cuenta Luis.

«Lo lindo del asunto es poder entregar las casas, adecuar el colegio, poner un centro comunitario, desarrollar el plan colectivo de las comunidades que se ha venido desarrollando con la Unidad de Víctimas y los pobladores. Eso es Restitución de Tierras, eso es paz», cuenta Oyaga.

«Yo ya no soy una víctima. Eso ya pasó a la historia. Lo que yo soy es un campesino alegre y trabajador. Ya solo queda seguir trabajando como anteriormente», Luis Antonio Espinosa.

La cifra:

900 millones de pesos dispuso la Unidad de Restitución de Tierras que han permitido la ejecución de 32 proyectos productivos familiares en total.

 

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