Según lo que se conoce, el padre invitó a sus hijas a comer y alguien, al ver la escena, tomó una foto y la publicó en redes sociales.
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¿Por qué? Al parecer el hombre no tenía para comprar tres platos de comida, así que decidió comprar solo dos y dárselos a sus hijas mientras él, probablemente hambriento, las veía comer.
Jhunnel Sarajan fue quien tomó la foto y la publicó en su Facebook diciendo: “No pude contener mi emoción cuando los vi en Jollibee… esta foto es sobre el amor de un padre. Una descripción de auténtico desinterés”. Pero no se quedó ahí. Por eso decidió buscar al hombre y contarle al mundo su historia.
Se llama Ryan Arebuabo y es un filipino de 38 años, padre de dos niñas. Ese día quiso festejar la graduación de una de ellas, Rose May, de 6 años.
Los tres viven en una casa de 4 metros cuadrados hecha de tablas y láminas oxidadas en Tondó, un barrio de Manila, la capital de Filipinas.
El hombre trabaja vendiendo dulces en la calle, donde se gana de 2 a 4 dólares, y además recibe 44 dólares mensuales del Gobierno.
Sin embargo, este dinero no es suficiente para darles una mejor vida a sus hijas.
Pero parece que Arebuabo quiso hacer una excepción y ese día llevó a sus pequeñas al restaurante llamado Jollibee, el preferido de una de ellas, para que comieran pollo mientras él las contemplaba.