Entre las veredas Quebrada Blanca y Chinia, en Cundinamarca, fue hallado sin vida un ejemplar de oso andino (Tremarctos ornatus) como consecuencia de disparos en su vientre, presuntamente por cazadores que abandonaron el cuerpo del animal que se estima pesaba aproximadamente 100 kg y era un macho adulto.
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En un comunicado, Parques Nacionales Naturales enfatizó en que la seguridad y el bienestar, de más de 15 millones de colombianos que se surten de agua proveniente del Páramo de Chingaza, se ponen en riesgo como consecuencia del deterioro de los ecosistemas proveedores de este y otros servicios ambientales. Cuando se rompe el frágil equilibrio, que sólo existe gracias al balance en la cadena trófica, se rompe la posibilidad de un aprovechamiento sostenible de los recursos que se ven forzados para su recuperación.
Néstor Guillermo Franco González, director de la CAR Cundinamarca, manifestó su rechazo: “una especie, cuyo estado de conservación se encuentra en la categoría de vulnerable, según lo indica la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza UICN, es una especie que debe ser protegida por la ley, pero no sólo la ley escrita en un papel, debe ser protegido en la práctica y los responsables de esta atrocidad deben responderle al país, a la justicia y deben recibir además una sanción social de rechazo por actuación tan vil”.
Julia Miranda Londoño, directora general de Parques Nacionales Naturales fue enfática en exigir que “las leyes en Colombia no sólo se deben cumplir, se deben endurecer para aquellos delincuentes que atenten contra los recursos naturales, Colombia es el país más biodiverso del mundo por metro cuadrado pero no valoramos esa riqueza como debería ser, deberíamos tener penas drásticas, como en Gran Bretaña, en donde hace pocos días un inglés fue declarado culpable por capturar y matar dos ejemplares de una especie de mariposa protegida”.
Por otro lado, las autoridades ambientales comunicaron que ste oso es un ejemplar diferente al osezno que la CAR Cundinamarca buscaba afanosamente en jurisdicción de La Calera en días pasados para ser reubicado nuevamente al interior del Parque Nacional Natural Chingaza.
«El oso de anteojos, como es conocida esta especie, es un importante dispersor de semillas, se le conoce como ‘el jardinero del bosque’, por el rol ecológico que desempeña, permitiendo la renovación de las coberturas boscosas. Tener una población sana y estable de osos andinos, garantiza un adecuado funcionamiento del ecosistema, pero en su ausencia, el ecosistema se debilita a tal punto que se hace imposible mantener el equilibrio que ofrece bienestar y seguridad a las comunidades, sin osos el bosque pierde funcionalidad”, aseguró José Fernando González Maya (PhD) en ciencias de la conservación y asesor de Parques Nacionales Naturales, la CAR Cundinamarca y Corpoguavio.
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