Para el CICR, aunque se logró poner fin al conflicto de más de 50 años con las Farc, Colombia aún no vive la era del posconflicto debido a otras problemáticas sociales que persisten.
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En el 2016 la Cruz Roja constató una “clara disminución de la afectación a la población civil como consecuencia del conflicto armado interno”, esto gracias al cese al fuego bilateral entre el Gobierno y las Farc que representó un importante logro para el país.
Sin embargo, aunque estos logros redujeron considerablemente los enfrentamientos y las consecuencias humanitarias del conflicto armado, aún faltan avances en materia humanitaria, como la búsqueda de las personas desaparecidas, el desminado del territorio o la desvinculación de menores de las filas de las Farc. A esto se suma el conflicto con el Eln, las Autodefensas Gaitanistas de Colombia (AGC) y el Ejército Popular de Liberación (EPL).
“Pese al comienzo de las negociaciones entre el Gobierno y el Eln, es prematuro hablar de una etapa de posconflicto en Colombia, dado que persiste el conflicto armado”, señaló el CICR.
Christoph Harnisch, jefe de la delegación del CICR en Colombia, dijo que pese a “la firma de un acuerdo de paz, debemos reconocer que la población civil sigue sufriendo las consecuencias: el drama de los familiares de los desaparecidos, el temor a los artefactos explosivos improvisados y a las municiones sin explotar, la violencia armada en entornos urbanos, el confinamiento al que están sometidas poblaciones enteras en zonas controladas por grupos armados, las amenazas, o los desplazamientos intraurbanos son solo indicios de que aún queda un largo camino por recorrer en Colombia”.