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“La tortura no es cultura” Una protesta con violencia de doble vía

Miles de activistas se reunieron en las diferentes vías de acceso de la Plaza de Toros la Santamaría pidiendo prohibir la tauromaquia en Colombia. Aunque inicialmente se esperaba fuera una protesta pacifica, la jornada dejó fuertes enfrentamientos entre los agentes de la policía, el Esmad y los antitaurinos.

Hacia el medio día del domingo 22 de enero, la capital colombiana volvió a ser escenario de una de las más fuertes manifestaciones en contra de las corridas de toros.

Sin mayores contra tiempos, los activistas en defensa de los animales y el respeto a la vida comenzaron a llegar lentamente a las inmediaciones de la Plaza de Toros La Santamaría. Bogotá alcanzaba los 20 ºC, un clima muy favorable para que las personas salieran a rechazar la tortura a los toros.

A medida que fueron pasando los minutos, la temperatura comenzaba a subir; se alcanzó a pensar que la manifestación no había tenido gran acogida, pero no fue así. Hacia las 2 de la tarde, por la entrada de la carrera 5 con calle 27 solo se reunieron aproximadamente 30 personas, pero cada minuto eran más quienes se unían a la voz de protesta, entre manifestantes y curiosos que transitaban por la ciclovía dominical.

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En medio de arengas, con carteles, máscaras y hasta disfraces, empezaron a llegar los manifestantes que venían en una marcha desde la Plaza de Bolivar por la carrera séptima.

El primer brote de violencia se dio hacia las 2 de la tarde cuando un fuerte estruendo en frente del Hotel Tequendama, llamó la atención de los asistentes. Un humo amarillo se apoderó del lugar y en medio de la confusión los golpes no se hicieron esperar, según los agentes de la policía fueron los manifestantes quienes hicieron explotar el artefacto.

Con la adrenalina a flor de piel, los disturbios comenzaron a subir de tono cuando el Esmad hizo uso de la fuerza para ganar terreno ante los manifestantes empujándolos con los escudos acrílicos, los protestantes respondieron a los empujones y el Esmad lanzó los primeros gases lacrimógenos disparándole a la gente con balas de goma.

Los protestantes que rechazaba la fiesta brava, gritaban a todo pulmón que «la tortura no es cultura» pero hicieron uso de la fuerza para agredir a quienes pensaban de forma diferente.

Aunque la mayoría de los asistentes ingresaron por la carrera cuarta y quinta, otros decidieron ingresar a La Santamaría atravesando las manifestaciones de la carrera séptima, los aficionados a este tipo de espectáculo sufrieron fuertes agresiones por parte de los manifestantes.

Ladrillos, botellas, palos, piedra y todo tipo de objetos contundentes fueron lanzados por los manifestantes a las personas que pretendían ingresar al la fiesta taurina, que debieron ser escoltados por el Esmad y la policía para que no fueran lastimados.

En medio de gritos e insultos, los aficionados a las corridas ingresaron a la plaza teniendo que soportar que les robaran los sombreros, las gafas e, incluso, una mujer mayor fue asaltada por un grupo de manifestantes que le abrió el bolso y le sacó sus pertenencias, entre las que le quitaron las entradas a la corrida.

Hacía las 4 de la tarde, en medio de una tensa calma, luego de varios ataques con gases lacrimógenos por parte del grupo del Esmad, las mas de 5 mil personas que asistieron a las protestas, hicieron un minuto de silencio con la marcha funebre de fondo.

El alcalde de la localidad de Santa Fé, Gustavo Niño Furnieles, rechazó los actos de violencia a las afueras de la plaza de toros Santamaría, en la que se vieron afectadas 30 personas, entre ciudadanos, miembros de la fuerza pública y de los organismos de control.

Aunque las autoridades señalaron que la manifestación, que duró más de 7 horas, estaba permitida los brotes de violencia son totalmente reprochables.

En los actos, tanto los policías, como el Esmad y los manifestantes, no supieron respetar la intención de protestar pacíficamente, se agredían unos a otros sin ninguna respeto ni señal de cultura.

Entre los afectados que dejo la manifestación se encuentran 14 asistentes de las corridas, que al momento del ingreso a la plaza de toros fueron agredidas por los manifestantes. Las otras 16 resultaron afectadas en medio de la confrontación, pero solo cuatro fueron trasladadas para recibir valoración medica.

Entre los heridos se encuentra una funcionaria de la Personería Distrital, que al momento de los disturbios estaba ejerciendo su trabajo y fue agredida por un ladrillo que lanzaron desde la marcha; la policía informó que revisará las cámaras de seguridad para dar con las personas que alteraron el orden y proceder con la judicialización.

Por otro lado, la Policía Metropolitana de Bogotá retuvo a 18 personas, de las cuales dos fueron judicializadas.

Debido a esta situación, el mandatario de la localidad de Santa fé, manifestó que rechaza la violencia contra los animales, pero que no está de acuerdo con que en medio de este rechazo se produzcan agresiones.

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